Cartas desde Punta del Hidalgo
Heroíca renuncia
Foto de J. Alonso
No siempre la heroica renuncia equivale a una gran pérdida. Claro que, a veces, sí que son equivalentes pérdida y renuncia…!
Cuando tal sucede parece adecuado quedarse uno plantado detrás de la ventana, intentando comprender el viejo prodigio de la lluvia: cómo es que caen y caen las gotas… advertir que se desploman con ímpetu y que lo hacen además a miles y miles… suman millones las pequeñísimas gotas… viajeras indefensas… fragmentadas en el vacío…!
Tras la primera renuncia, logran rehacerse en la caída y transfiguran su líquida sustancia en desigual cuerpo comunitario… Ahora, vigoroso y colmado…!
Y es entonces cuando las calles reflejan en su brillo las fachadas sobrecogidas…! Cuando expresan el destello de los balcones cerrados a cal y canto y las siluetas de las ventanas con sus cortinas intactas…!
Y es entonces también cuando se refleja en la calles caladas la memoria de quien desistió de las estaciones venideras en la plena certeza de que su renuncia deliberada no representaba ya pérdida alguna…! ¡Coñooo…! ¡La cafetera fuego…!
J. Alberto Valadez![[Img #8302]](http://vergrancanaria.com/upload/images/10_2024/1583_valadez-125.jpg)
Jueves 18 de octubre de 2012

No siempre la heroica renuncia equivale a una gran pérdida. Claro que, a veces, sí que son equivalentes pérdida y renuncia…!
Cuando tal sucede parece adecuado quedarse uno plantado detrás de la ventana, intentando comprender el viejo prodigio de la lluvia: cómo es que caen y caen las gotas… advertir que se desploman con ímpetu y que lo hacen además a miles y miles… suman millones las pequeñísimas gotas… viajeras indefensas… fragmentadas en el vacío…!
Tras la primera renuncia, logran rehacerse en la caída y transfiguran su líquida sustancia en desigual cuerpo comunitario… Ahora, vigoroso y colmado…!
Y es entonces cuando las calles reflejan en su brillo las fachadas sobrecogidas…! Cuando expresan el destello de los balcones cerrados a cal y canto y las siluetas de las ventanas con sus cortinas intactas…!
Y es entonces también cuando se refleja en la calles caladas la memoria de quien desistió de las estaciones venideras en la plena certeza de que su renuncia deliberada no representaba ya pérdida alguna…! ¡Coñooo…! ¡La cafetera fuego…!
J. Alberto Valadez
Jueves 18 de octubre de 2012
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