Microrrelatos de Hoy
Todo, todo, todo...
La mirada azul de un Ángel acarició en el interior del Templo a la Ley natural que sólo pretende dar y situar a cada cual aquéllo que le pertenece y el lugar que le corresponde: el Protocolo no consiste en otra cosa... y fue un Ángel azul venido de los cielos quien -a pesar de la brevedad del Discurso- dio solemnidad y memoria al encuentro...
La varita mágica del Protocolo hizo justicia a los Ciudadanos que aplaudieron con fervor la subida al bendito atril de su primera Autoridad Municipal y la doliente aparición del Cristo cruxificado -a pesar de la brevedad...- y en el calor e intensidad de los aplausos bien se pudo entreveer el anhelo de escuchar el mensaje de aquel instante que debió eternizarse...
Y fue el Ángel de mirada azul -contratado por el mismísimo Cristo Redentor- quien le dio forma, substancia y sentido al Encuentro... y cerraron las puertas del templo... y las sombras atenuaron el color del caballo blanco... y Telde regresó feliz a su hogar soñando con los brazos extendidos del Cristo luminoso que les protegerá en su devota romería hasta Teror...
Todo, todo, todo fue por el Ángel azul y todo, todo, todo... a pesar de la brevedad del Discurso que jamás debió finalizar...! ¡Oh el Cristo herido y cruxificado e invencible... Telde, Telde, Telde...!
J. Alberto Valadez.
Septiembre de 2023

La mirada azul de un Ángel acarició en el interior del Templo a la Ley natural que sólo pretende dar y situar a cada cual aquéllo que le pertenece y el lugar que le corresponde: el Protocolo no consiste en otra cosa... y fue un Ángel azul venido de los cielos quien -a pesar de la brevedad del Discurso- dio solemnidad y memoria al encuentro...
La varita mágica del Protocolo hizo justicia a los Ciudadanos que aplaudieron con fervor la subida al bendito atril de su primera Autoridad Municipal y la doliente aparición del Cristo cruxificado -a pesar de la brevedad...- y en el calor e intensidad de los aplausos bien se pudo entreveer el anhelo de escuchar el mensaje de aquel instante que debió eternizarse...
Y fue el Ángel de mirada azul -contratado por el mismísimo Cristo Redentor- quien le dio forma, substancia y sentido al Encuentro... y cerraron las puertas del templo... y las sombras atenuaron el color del caballo blanco... y Telde regresó feliz a su hogar soñando con los brazos extendidos del Cristo luminoso que les protegerá en su devota romería hasta Teror...
Todo, todo, todo fue por el Ángel azul y todo, todo, todo... a pesar de la brevedad del Discurso que jamás debió finalizar...! ¡Oh el Cristo herido y cruxificado e invencible... Telde, Telde, Telde...!
J. Alberto Valadez.
Septiembre de 2023
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