Crónicas Bananeras
COMIDA DE EMPRESA
VLL 0-1 UD
Relato satírico de la mariscada oficial que no impidió a la UD ir a por los pipiolos del Villareal por la directa
21ª jornada, 17/dic 2022
VLL 0-1 UD
COMIDA DE EMPRESA
Miguelahe ha sido el protagonista absoluto de la semana. La empezó con una comida de navidad austera y monacal en la marisquería más barata de la canariedad y la cerró con una carta abierta en la prensa dedicándole las flores y cucamonas más encendidas a su ya excolega del Tete con un estilo instituciobabosiento que pronto se estudiará en todas las escuelas de protocolo del mundo mundial. El lunes pasado la prensa local se hacía eco de la comida de navidad del club y de lo que allí aconteció y que transcribimos para ustedes ya que, aunque sea difícil de creer, la redacción de Crónicas Bananeras no fue invitada al evento. Según nuestros ilustres colegas de la prensa pesebrera, aquello estaba de langostinos que parecía una sesión conjunta de las directivas de Comisiones y UGT, y plantilla, empleados y directivos solo dejaron de comer y beber ocasionalmente para eructar o tomarse un omeprazol. A cada rato los camareros pasaban a recoger los platos y tiraban las sobras a la calle por las ventanas, donde una multitud de periodistas, exfutbolistas, miembros de UltraNaciente, parados de larga duración y transeúntes ocasionales se peleaban por las cáscaras de almeja o las cabezas de gamba. Hubo incluso navajazos por una cabeza de langostino tigre que al parecer había chupadp el mismísimo Jonathan Viera.
Ramírez, con un palillo en la comisura de los labios y un pacharán en la mano estuvo especialmente locuaz y atendió a las preguntas que la prensa le dirigió gritando desde la calle. De esa guisa de rueda de esperríos podemos entresacar las siguientes notas de interés: En el club están encantados con la marcha del equipo ya que a este ritmo amarraremos la permanencia igual en enero o febrero. Dado que el club está intervenido y no lo pueden vender al mejor postor no interesa tanto el ascenso no sea cosa de que aparezca alguien con pastón para comprar un equipo de primera con problemas y el juzgado obligue a venderlo para hacer frente a alguna de las múltiples demandas de responsabilidad pecuniaria y Miguelahe y su mariachi se vean de pronto sin nada que presidir, gestionar o metermanear. Se habló también de Vitolito y el presidente, sacándose un páluego de centollo de a cuarto de kilo pinchado hábilmente en el palillo, aseguró que a Vitolo se le esperaba y se le respetaba el contrato, y que lo peor que podía pasar es que se le de ficha en el equipo de e-sports y acabe su contrato jugando a la play Station donde los riesgos de recaída son menores. A preguntas de los periodistas, confirmó asimismo que no están pensando en dar bajas ni en fichar en la próxima ventana de enero, lo cual provocó atragantamientos con las cigalas en diez o doce futbolistas de la plantilla y apuestas entre la prensa sobre si este año el club será capaz de traer para la segunda vuelta algún jugador todavía peor que Hernani o Peñaranda. Por lo demás, el papeo transcurrió en un ambiente festivo, positivo y regado con albariños y orujos en el que Enzo y Pimienta terminaron llorando y jurando por su abuela que ya son unos canarios más y que quieren renovar de por vida con la UD y que les entierren en la Cueva Pintada de Gáldar previa momificación ritual.
Pero para pedo guapo, el que se trancó el Dr. Cazzopiccolo, que subrayó -una vez que varios camareros lograron que soltara la bandeja del pulpo a feira- el carácter profundamente freudiano del evento gastronómico, relacionando la ingesta masiva de crustáceos y cefalópodos como una etapa de superación del conflicto edípico que tensa las relaciones entre la plantilla y la dirigencia: "al aceptar el ágape redentor ofrecido por el Padre sintonizan con él y le perdonan el que se hasha foshado a su madre, metafóricamente" aclaró antes de dejar al entrevistador con la palabra en la boca y tirarse encima de una bandeja de percebes como pollas de senegalés que en ese momento pasaba por allí. La fiesta siguió hasta que el propietario del club chasqueó los dedos y los lacayos de la plantilla se retiraron cada uno a su casa escoltados por empleados del club con la consigna clara de no permitirles ni pasar por la misma calle de la Wilson.
Con ese regusto que deja el arrosito caldoso con bogavante en la boca, la UD se trasladó hasta Villareal para echar el fechillo de una primera vuelta que, la verdad, no ha estado mal, pero tampoco tan bien si pensamos que hemos palmado 12 puntos en casa y que con eso estaríamos ya prácticamente en Champions. No obstante, tocaba jugar fuera, donde se está mojando con frecuencia, y ante un equipo con el que no se había perdido hasta hora. Desde esta redacción queremos hacer un anuncio previo para explicar el tono de esta crónica: odiamos al Villareal. Cuando la UD llevaba siendo el equipo amarillo de la competición desde hacía treinta o cuarenta años, aparecieron los muertos de hambre éstos y en unas cuantas temporadas y aprovechándose del colapso institucional de la UD se terminaron quedando con el color, y hasta con los símbolos, el Submarino Amarillo, dicen los muy catetos, y se quedan tan panchos como si se lo hubieran inventado ellos. Gracias a que un tío con pasta y dos dedos de frente se quedó con el equipo fueron subiendo mientras nosotros y la sagrada camiseta amarilla de verdad nos íbamos a la mierda y terminamos vendiéndoles a precio de saldo -cuando no gratis total- a talentos como Guayre, Ángel y últimamente Yeremi. Ahora ellos son oficialmente el equipo amarillo de la Liga y nosotros unos comemierdas que vamos a jugar contra su filial en un campo más cutre que el López Socas ante mil y pico maúros, recordándonos los humillantes tiempos en que viajábamos a Santacrusss a jugar con el Tenerife B en segunda B, mientras aquellos cabrones jugaban la UEFA con un plantillón que, eso sí, es lo que se los llevó por delante cuando hicieron cuentas y vieron que no pagaban aquello ni vendiendo el Teide pá parcelar
Este filial es, se supone, una colección de joyitas levantadas por el Villareal aquí y allá a base de pasta y promesas de futuro en el fútbol profesional y hasta el momento no habían perdido en casa. Pimienta afrontó el partido con lo que tenía a mano y que se limitaba a volver a meter a Loiodice en el medio centro dejando el resto más o menos como está desde que cayó Viera. El partido puede resumirse en una palabra: árbitrohijoputa. La UD sacó de centro y se fue a por los pipiolos del Villareal por la directa, aquellos pichoncitos empezaban a conocer la verdadera fuerza amarilla porque la UD presionaba, robaba y se iba arriba todo el rato cuando al gilipollas de negro le dio un ataque de protagonismo y le sacó la roja a Mfulu (14´) por una patada al aire en una disputa. Nos dejaba con uno menos y además el que más presionaba y robaba del equipo, el que pagó el pato terminó siendo Clemente que hasta el momento era el que mejor estaba jugando y que tuvo que dejar el sitio a Fabio que se colocó en paralelo con Enzo para equilibrar al equipo y taponar hasta las estrías anales.
El Villareal respiraba porque pensaba que lo peor ya había pasado, pero no contaban con el factor Niño Polla. Entre que el equipo se emputó por la cacicada del puto árbitro y que Moleiro se encendió y se propuso enseñarle a todos aquellos niñatos de amarillo el significado preciso del término futura estrella del fútbol, el equipo local comprobó lo dura que puede ser la vida de un impostor si te has atrevido a apropiarte indebidamente y mancillar una camiseta amarilla. El Nene los volvió locos, cada pelota que recibió la convirtió en una tocada de pelotas y atacó desde todas las posiciones. Tuvo un par de ocasiones que pudieron ser e influyó directamente en la combustión espontánea de Marc que de repente parecía Van Basten y que se marcó dos jugadones en el segundo de los cuales cruzó el área local tumbando defensas hasta que se la puso al contrapié del portero. 0-1 en el 27´ y la UD seguía apretando por todo el campo y amenazando con la ruina total para el conjunto local repleto de jóvenes promesas que querían ganarnos jugando al fútbol. A nosotros.
La UD se fue al descanso con el partido agarrado por los huevos y un desgaste de la hostia porque se habían comido el campo al mismo tiempo que al equipo local. Pimienta no hizo ningún cambio en el medio tiempo y volvió a echar a las mismas fieras a pelear en los segundos 45 minutos. El Villareal sacó un par de refrescos y sacó también el hacha porque solo a correr no podía con el equipo, y empezaron a repartir en local y a domicilio. El árbitro seguía hijaputeando al equipillo permitiendo el juego duro local, a Moleirito lo frieron a patadas y en el 61´el muy cabrón le regaló un penalty al Villareal que solo el VAR pudo frenar. El filial hizo un carrusel de cambios a ver si alguna de las estrellitas de la plantilla podía empatar, pero la única estrellita allí era el Niño Polla que seguía dando por culo en cada ocasión que pinchaba pelota. El míster refrescó al equipo a partir de la hora de partido y Andone y Álvaro entraron por Marc y Pejiño para seguir amenazando arriba. Con el paso de los minutos el cansancio de jugar con 10 se fue comiendo al equipo y el Villareal se puso las bragas en la cabeza y se tiró pálante con todo y estuvieron a punto de jodernos la noche, pero la línea Suárez, Coco, Curbelo, Cardona se mantuvo firme y expeditiva, y cuando no pudieron con la presión y los pelotazos cruzados apareció un Dominguesito contagiado por la grandeza del partido y paró todo lo que le llegó con seguridad.
Terminamos el partido en modo Oviedo, dentro de la cueva y sacando pelotas como locos. Hasta el 82´le aguantó la gasolina a Moleiro que estuvo a punto de meter otra papa de escándalo, pero ya Pimienta dio por amortizado el partidazo que se echó y lo sacó por Clemente para finiquitar el asunto y así se llegó al final del partido. Tenemos que decir que esta redacción ha quedado gratamente impresionada con el partido que jugó el equipo, con once y con diez, con árbitro hijoputa o con un escenario tercermundista lleno de impostores vestidos de amarillo, la UD remontó la cagada del día del Albacete y vuelve a lucir a la cabeza de la clasificación de loosers que componen la liga Smartbank. El ascenso parece inevitable y el Villareal ya puede ir buscándose un nuevo color corporativo. El verdadero amarillo está tocando a la puerta de la gloria.
IGOR LANGOSTÍNOVICH

21ª jornada, 17/dic 2022
VLL 0-1 UD
COMIDA DE EMPRESA
Miguelahe ha sido el protagonista absoluto de la semana. La empezó con una comida de navidad austera y monacal en la marisquería más barata de la canariedad y la cerró con una carta abierta en la prensa dedicándole las flores y cucamonas más encendidas a su ya excolega del Tete con un estilo instituciobabosiento que pronto se estudiará en todas las escuelas de protocolo del mundo mundial. El lunes pasado la prensa local se hacía eco de la comida de navidad del club y de lo que allí aconteció y que transcribimos para ustedes ya que, aunque sea difícil de creer, la redacción de Crónicas Bananeras no fue invitada al evento. Según nuestros ilustres colegas de la prensa pesebrera, aquello estaba de langostinos que parecía una sesión conjunta de las directivas de Comisiones y UGT, y plantilla, empleados y directivos solo dejaron de comer y beber ocasionalmente para eructar o tomarse un omeprazol. A cada rato los camareros pasaban a recoger los platos y tiraban las sobras a la calle por las ventanas, donde una multitud de periodistas, exfutbolistas, miembros de UltraNaciente, parados de larga duración y transeúntes ocasionales se peleaban por las cáscaras de almeja o las cabezas de gamba. Hubo incluso navajazos por una cabeza de langostino tigre que al parecer había chupadp el mismísimo Jonathan Viera.
Ramírez, con un palillo en la comisura de los labios y un pacharán en la mano estuvo especialmente locuaz y atendió a las preguntas que la prensa le dirigió gritando desde la calle. De esa guisa de rueda de esperríos podemos entresacar las siguientes notas de interés: En el club están encantados con la marcha del equipo ya que a este ritmo amarraremos la permanencia igual en enero o febrero. Dado que el club está intervenido y no lo pueden vender al mejor postor no interesa tanto el ascenso no sea cosa de que aparezca alguien con pastón para comprar un equipo de primera con problemas y el juzgado obligue a venderlo para hacer frente a alguna de las múltiples demandas de responsabilidad pecuniaria y Miguelahe y su mariachi se vean de pronto sin nada que presidir, gestionar o metermanear. Se habló también de Vitolito y el presidente, sacándose un páluego de centollo de a cuarto de kilo pinchado hábilmente en el palillo, aseguró que a Vitolo se le esperaba y se le respetaba el contrato, y que lo peor que podía pasar es que se le de ficha en el equipo de e-sports y acabe su contrato jugando a la play Station donde los riesgos de recaída son menores. A preguntas de los periodistas, confirmó asimismo que no están pensando en dar bajas ni en fichar en la próxima ventana de enero, lo cual provocó atragantamientos con las cigalas en diez o doce futbolistas de la plantilla y apuestas entre la prensa sobre si este año el club será capaz de traer para la segunda vuelta algún jugador todavía peor que Hernani o Peñaranda. Por lo demás, el papeo transcurrió en un ambiente festivo, positivo y regado con albariños y orujos en el que Enzo y Pimienta terminaron llorando y jurando por su abuela que ya son unos canarios más y que quieren renovar de por vida con la UD y que les entierren en la Cueva Pintada de Gáldar previa momificación ritual.
Pero para pedo guapo, el que se trancó el Dr. Cazzopiccolo, que subrayó -una vez que varios camareros lograron que soltara la bandeja del pulpo a feira- el carácter profundamente freudiano del evento gastronómico, relacionando la ingesta masiva de crustáceos y cefalópodos como una etapa de superación del conflicto edípico que tensa las relaciones entre la plantilla y la dirigencia: "al aceptar el ágape redentor ofrecido por el Padre sintonizan con él y le perdonan el que se hasha foshado a su madre, metafóricamente" aclaró antes de dejar al entrevistador con la palabra en la boca y tirarse encima de una bandeja de percebes como pollas de senegalés que en ese momento pasaba por allí. La fiesta siguió hasta que el propietario del club chasqueó los dedos y los lacayos de la plantilla se retiraron cada uno a su casa escoltados por empleados del club con la consigna clara de no permitirles ni pasar por la misma calle de la Wilson.
Con ese regusto que deja el arrosito caldoso con bogavante en la boca, la UD se trasladó hasta Villareal para echar el fechillo de una primera vuelta que, la verdad, no ha estado mal, pero tampoco tan bien si pensamos que hemos palmado 12 puntos en casa y que con eso estaríamos ya prácticamente en Champions. No obstante, tocaba jugar fuera, donde se está mojando con frecuencia, y ante un equipo con el que no se había perdido hasta hora. Desde esta redacción queremos hacer un anuncio previo para explicar el tono de esta crónica: odiamos al Villareal. Cuando la UD llevaba siendo el equipo amarillo de la competición desde hacía treinta o cuarenta años, aparecieron los muertos de hambre éstos y en unas cuantas temporadas y aprovechándose del colapso institucional de la UD se terminaron quedando con el color, y hasta con los símbolos, el Submarino Amarillo, dicen los muy catetos, y se quedan tan panchos como si se lo hubieran inventado ellos. Gracias a que un tío con pasta y dos dedos de frente se quedó con el equipo fueron subiendo mientras nosotros y la sagrada camiseta amarilla de verdad nos íbamos a la mierda y terminamos vendiéndoles a precio de saldo -cuando no gratis total- a talentos como Guayre, Ángel y últimamente Yeremi. Ahora ellos son oficialmente el equipo amarillo de la Liga y nosotros unos comemierdas que vamos a jugar contra su filial en un campo más cutre que el López Socas ante mil y pico maúros, recordándonos los humillantes tiempos en que viajábamos a Santacrusss a jugar con el Tenerife B en segunda B, mientras aquellos cabrones jugaban la UEFA con un plantillón que, eso sí, es lo que se los llevó por delante cuando hicieron cuentas y vieron que no pagaban aquello ni vendiendo el Teide pá parcelar
Este filial es, se supone, una colección de joyitas levantadas por el Villareal aquí y allá a base de pasta y promesas de futuro en el fútbol profesional y hasta el momento no habían perdido en casa. Pimienta afrontó el partido con lo que tenía a mano y que se limitaba a volver a meter a Loiodice en el medio centro dejando el resto más o menos como está desde que cayó Viera. El partido puede resumirse en una palabra: árbitrohijoputa. La UD sacó de centro y se fue a por los pipiolos del Villareal por la directa, aquellos pichoncitos empezaban a conocer la verdadera fuerza amarilla porque la UD presionaba, robaba y se iba arriba todo el rato cuando al gilipollas de negro le dio un ataque de protagonismo y le sacó la roja a Mfulu (14´) por una patada al aire en una disputa. Nos dejaba con uno menos y además el que más presionaba y robaba del equipo, el que pagó el pato terminó siendo Clemente que hasta el momento era el que mejor estaba jugando y que tuvo que dejar el sitio a Fabio que se colocó en paralelo con Enzo para equilibrar al equipo y taponar hasta las estrías anales.
El Villareal respiraba porque pensaba que lo peor ya había pasado, pero no contaban con el factor Niño Polla. Entre que el equipo se emputó por la cacicada del puto árbitro y que Moleiro se encendió y se propuso enseñarle a todos aquellos niñatos de amarillo el significado preciso del término futura estrella del fútbol, el equipo local comprobó lo dura que puede ser la vida de un impostor si te has atrevido a apropiarte indebidamente y mancillar una camiseta amarilla. El Nene los volvió locos, cada pelota que recibió la convirtió en una tocada de pelotas y atacó desde todas las posiciones. Tuvo un par de ocasiones que pudieron ser e influyó directamente en la combustión espontánea de Marc que de repente parecía Van Basten y que se marcó dos jugadones en el segundo de los cuales cruzó el área local tumbando defensas hasta que se la puso al contrapié del portero. 0-1 en el 27´ y la UD seguía apretando por todo el campo y amenazando con la ruina total para el conjunto local repleto de jóvenes promesas que querían ganarnos jugando al fútbol. A nosotros.
La UD se fue al descanso con el partido agarrado por los huevos y un desgaste de la hostia porque se habían comido el campo al mismo tiempo que al equipo local. Pimienta no hizo ningún cambio en el medio tiempo y volvió a echar a las mismas fieras a pelear en los segundos 45 minutos. El Villareal sacó un par de refrescos y sacó también el hacha porque solo a correr no podía con el equipo, y empezaron a repartir en local y a domicilio. El árbitro seguía hijaputeando al equipillo permitiendo el juego duro local, a Moleirito lo frieron a patadas y en el 61´el muy cabrón le regaló un penalty al Villareal que solo el VAR pudo frenar. El filial hizo un carrusel de cambios a ver si alguna de las estrellitas de la plantilla podía empatar, pero la única estrellita allí era el Niño Polla que seguía dando por culo en cada ocasión que pinchaba pelota. El míster refrescó al equipo a partir de la hora de partido y Andone y Álvaro entraron por Marc y Pejiño para seguir amenazando arriba. Con el paso de los minutos el cansancio de jugar con 10 se fue comiendo al equipo y el Villareal se puso las bragas en la cabeza y se tiró pálante con todo y estuvieron a punto de jodernos la noche, pero la línea Suárez, Coco, Curbelo, Cardona se mantuvo firme y expeditiva, y cuando no pudieron con la presión y los pelotazos cruzados apareció un Dominguesito contagiado por la grandeza del partido y paró todo lo que le llegó con seguridad.
Terminamos el partido en modo Oviedo, dentro de la cueva y sacando pelotas como locos. Hasta el 82´le aguantó la gasolina a Moleiro que estuvo a punto de meter otra papa de escándalo, pero ya Pimienta dio por amortizado el partidazo que se echó y lo sacó por Clemente para finiquitar el asunto y así se llegó al final del partido. Tenemos que decir que esta redacción ha quedado gratamente impresionada con el partido que jugó el equipo, con once y con diez, con árbitro hijoputa o con un escenario tercermundista lleno de impostores vestidos de amarillo, la UD remontó la cagada del día del Albacete y vuelve a lucir a la cabeza de la clasificación de loosers que componen la liga Smartbank. El ascenso parece inevitable y el Villareal ya puede ir buscándose un nuevo color corporativo. El verdadero amarillo está tocando a la puerta de la gloria.
IGOR LANGOSTÍNOVICH
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