Crónicas Bananeras
OVI 0-0 UD: ASTURIAS PATRIA JODIDA
No queremos exagerar, pero cientos de miles de hijos de la canariedad se desparramaron por Asturias. Las principales calles del Principado parecían Jinámar, repletas de paisanos que buscaban menús económicos y calcetines gordos
19ª jornada, 06/dic 2022
OVI 0-0 UD
ASTURIAS PATRIA JODIDA
Por nuestro enviado especial Pepe Willyfog
Normalmente, la UD jugaba sus partidos fuera de casa sin más compañía que la de cuatro estudiantes canarios emporraos -perdón por la redundancia-, y en ocasiones con la presencia de esa inexplicable peña de La Bañeza que un día, deslumbrados por el amarillo, vio la luz de la verdad en sus vidas, y que desde entonces se traslada por el norte de la península apoyando cuando el equipo visita la Siberia española con sus bufandas amarillas, sus bocatas de cecina del Bierzo y sus cachetes coloraos. Ahora ya no, y ante la coincidencia del puentazo, los vuelos de Binter subvencionados al 75% por el gobierno bolivariano -qué viva Bolívar, carajo- y la marcha triunfal del equipo, la afición se ha lanzado a practicar el desplazamiento masivo detrás del equipo de sus terrores y esta semana de asueto otoñal desembarcó en la costa asturiana dispuesta a meterse un fiestón y toda la comida hipercalórica y colesterogénica que pudieran tragar.
No queremos exagerar, pero cientos de miles de hijos de la canariedad se desparramaron por Asturias para alegrarle un poco la vida a aquella gente. Las principales calles del Principado parecían Jinámar, repletas de paisanos que buscaban menús económicos y calcetines gordos para evitar la temida congelación pinrélica. La cosa llegó a tal punto que la prensa local reportó que la Guardia Civil está buscando a una pareja de Tamaraceite que se despistó de la guagua que trincaron para ir a ver Covadonga -que viene a ser como su Teror, pero con un chorizo duro como un palo- y de los que se teme que hayan sido devorados por los osos. Humildes y simpáticos como somos, conquistamos a la población local a la llegada con los mi niños y los muchachos -que allí pronuncian muyayos, sin que nunca hayamos comprendido por qué-, y la conexión empática duró hasta que tumbamos al Sporting y hasta que salió en la tele local que habíamos arrasado con las existencias de cachopo hasta el verano que viene.
La alegría con la que se nos acogió en Gijón se repitió anoche en Oviedo tras haber apiolado al Sporting, aunque también había cierta mosca no se nos fuera a ocurrir volver a follar en Asturias vista la trayectoria que lleva el equipo fuera de casa esta temporada y por la que tanto nos acordamos del Yayo Mel y su disfunción eréctil cada vez que se montaba en un avión, porque, amigos míos, la UD es el equipo empotrador a domicilio de la temporada, así como lo oyen. Es llegar la UD a cualquier plaza y las madres encierran a las mocitas en casa no vaya a ser que la llamada salvaje del trópico acabe con sus ilusiones de un buen matrimonio pá las chiquillas con un ingeniero de minas del Opus. Llegada la hora del partido, los aborígenes fuimos conducidos hasta el Tartiere entre medidas de seguridad policiales y cierta sorna por nuestra parte debido a su nula necesidad, ya que de por sí la canariedad adopta un comportamiento ovino, fruto de un reflejo condicionado que llevamos repitiendo desde hace décadas hasta alcanzar un nivel de excelencia rumiante, cada vez que nos acercamos a un estadio.
La UD llegaba al partido un punto sobrada. Hacía tres días había sodomizado al Sporting a 30 kms de aquí y no le habían hecho falta para ello ni el talento de Viera, ni los tres pulmones de Mfulu ni el carro de goles de cada partido de Sandro. Con orden, firmeza atrás y el timón de Enzo y Fabio, Pimienta se las arregló para ofrecer un partido canónico en el que la superioridad genética de la canariedad quedó patente en El Molinón y, con pequeñas variaciones, era lo mismo que se esperaba para esta gélida noche entre las montañas. Por parte del Oviedo, hace unas semanas estaban con la mierda hasta las orejas pero la llegada del inefable Álvaro Cervera les había sacado del hoyo, y, como de costumbre, explotando los perfiles más paleolíticos de la plantilla, lo que hacía prever una alineación repleta de descerebrados con más hormonas que fútbol y una obsesión por el choque y por poblar el área de traumatología de los hospitales aledaños con articulaciones descoyuntadas a palos. Había curiosidad por saber los cambios del míster en la alineación, pero, anunciada ésta, casi nos daba lo mismo porque entre el pelete que hacía en el puto estadio aquel y la forma en que arrancó el partido se nos subieron los testículos y se rebajó la euforia situacional.
Del partido en sí, vamos a empezar diciendo que ganamos por 0-0. Como supusimos, el Oviedo salió a correrlas todas, y como no tuvimos a nadie capaz de cortar ese rollo para jugar a otra cosa terminamos corriendo más que ellos, pero a rastras. Mfulu, Clemente y Enzo intentaron parar el ritmo, pero aquella gente corría como si fuera día de cobro y los chiquillos no daban avío pá tapar agujeros. Las pocas pelotas que le tocaron a Moleiro en esa rifa fueron un desperdicio y el equipo se organizó atrás -perdón por el eufemismo barato- sobre la línea de cuatro más Mfulu y Enzo que se dedicaron a sacar tarea como joputas No pasó gran cosa en la primera parte más que la sudada que se metieron y en la continuación la UD pareció querer otra cosa, pero fue como lo de Luis Enrique un rato antes, que estaba escrito que esa no era su tarde. Pimienta lo intentó con algún cambio pero ni Marvin, ni Sidney ni Vitolo mejoraron al equipo. En el 75´Loiodice se desenchufó y le soltó una galleta a uno de azul y dejó el partido y a la UD sin dónde cobijarse. Delante, vamos a ser justos, Andone y Marc Cardona son buena gente, trabajadora y tal, pero son de los que mean sin apuntar, no sé si me explico, hoy tuvieron una cada uno y fue que tampoco.
Desde la expulsión de Enzo el equipo pegó el culo a la pared y el Oviedo se vino arriba. Afortunadamente son unos batatas y la UD defendió sin contemplaciones, la numerosa hinchada amarilla que acompañaba hoy al equipo logró sobreponerse a la presión en la glotis y animó lo suyo para que la muchachada no desfalleciera y sacara el puntito que corona una semana cojonuda del equipo con cuatro puntazos cosechados en otros tantos días. A veces un partido o un equipo te pasa por encima, pero si llegas a la ducha y ves que sumaste esa semana también, el trauma pasa rápido. De momento la UD no es de los equipos de arriba que estèn deshilachándose y aguanta el ritmo de la competición, tiene a la vista al Albacete y al Villarreal para cuadrar caja antes de navidad con un balance que ya quisieran para sí muchos ¿verdad, Luis Enriquito? que de botarate no te quisiste llevar a Viera a Catar, vaya usted a saber por qué te dejaste en tierra al mayor talento del fútbol nacional, y ahora estás en el paro y eres conocido en todo el mundo como el tolete al que Marruecos le hizo la anoplastia.
IGOR OTROKACHOPOPLIS

19ª jornada, 06/dic 2022
OVI 0-0 UD
ASTURIAS PATRIA JODIDA
Por nuestro enviado especial Pepe Willyfog
Normalmente, la UD jugaba sus partidos fuera de casa sin más compañía que la de cuatro estudiantes canarios emporraos -perdón por la redundancia-, y en ocasiones con la presencia de esa inexplicable peña de La Bañeza que un día, deslumbrados por el amarillo, vio la luz de la verdad en sus vidas, y que desde entonces se traslada por el norte de la península apoyando cuando el equipo visita la Siberia española con sus bufandas amarillas, sus bocatas de cecina del Bierzo y sus cachetes coloraos. Ahora ya no, y ante la coincidencia del puentazo, los vuelos de Binter subvencionados al 75% por el gobierno bolivariano -qué viva Bolívar, carajo- y la marcha triunfal del equipo, la afición se ha lanzado a practicar el desplazamiento masivo detrás del equipo de sus terrores y esta semana de asueto otoñal desembarcó en la costa asturiana dispuesta a meterse un fiestón y toda la comida hipercalórica y colesterogénica que pudieran tragar.
No queremos exagerar, pero cientos de miles de hijos de la canariedad se desparramaron por Asturias para alegrarle un poco la vida a aquella gente. Las principales calles del Principado parecían Jinámar, repletas de paisanos que buscaban menús económicos y calcetines gordos para evitar la temida congelación pinrélica. La cosa llegó a tal punto que la prensa local reportó que la Guardia Civil está buscando a una pareja de Tamaraceite que se despistó de la guagua que trincaron para ir a ver Covadonga -que viene a ser como su Teror, pero con un chorizo duro como un palo- y de los que se teme que hayan sido devorados por los osos. Humildes y simpáticos como somos, conquistamos a la población local a la llegada con los mi niños y los muchachos -que allí pronuncian muyayos, sin que nunca hayamos comprendido por qué-, y la conexión empática duró hasta que tumbamos al Sporting y hasta que salió en la tele local que habíamos arrasado con las existencias de cachopo hasta el verano que viene.
La alegría con la que se nos acogió en Gijón se repitió anoche en Oviedo tras haber apiolado al Sporting, aunque también había cierta mosca no se nos fuera a ocurrir volver a follar en Asturias vista la trayectoria que lleva el equipo fuera de casa esta temporada y por la que tanto nos acordamos del Yayo Mel y su disfunción eréctil cada vez que se montaba en un avión, porque, amigos míos, la UD es el equipo empotrador a domicilio de la temporada, así como lo oyen. Es llegar la UD a cualquier plaza y las madres encierran a las mocitas en casa no vaya a ser que la llamada salvaje del trópico acabe con sus ilusiones de un buen matrimonio pá las chiquillas con un ingeniero de minas del Opus. Llegada la hora del partido, los aborígenes fuimos conducidos hasta el Tartiere entre medidas de seguridad policiales y cierta sorna por nuestra parte debido a su nula necesidad, ya que de por sí la canariedad adopta un comportamiento ovino, fruto de un reflejo condicionado que llevamos repitiendo desde hace décadas hasta alcanzar un nivel de excelencia rumiante, cada vez que nos acercamos a un estadio.
La UD llegaba al partido un punto sobrada. Hacía tres días había sodomizado al Sporting a 30 kms de aquí y no le habían hecho falta para ello ni el talento de Viera, ni los tres pulmones de Mfulu ni el carro de goles de cada partido de Sandro. Con orden, firmeza atrás y el timón de Enzo y Fabio, Pimienta se las arregló para ofrecer un partido canónico en el que la superioridad genética de la canariedad quedó patente en El Molinón y, con pequeñas variaciones, era lo mismo que se esperaba para esta gélida noche entre las montañas. Por parte del Oviedo, hace unas semanas estaban con la mierda hasta las orejas pero la llegada del inefable Álvaro Cervera les había sacado del hoyo, y, como de costumbre, explotando los perfiles más paleolíticos de la plantilla, lo que hacía prever una alineación repleta de descerebrados con más hormonas que fútbol y una obsesión por el choque y por poblar el área de traumatología de los hospitales aledaños con articulaciones descoyuntadas a palos. Había curiosidad por saber los cambios del míster en la alineación, pero, anunciada ésta, casi nos daba lo mismo porque entre el pelete que hacía en el puto estadio aquel y la forma en que arrancó el partido se nos subieron los testículos y se rebajó la euforia situacional.
Del partido en sí, vamos a empezar diciendo que ganamos por 0-0. Como supusimos, el Oviedo salió a correrlas todas, y como no tuvimos a nadie capaz de cortar ese rollo para jugar a otra cosa terminamos corriendo más que ellos, pero a rastras. Mfulu, Clemente y Enzo intentaron parar el ritmo, pero aquella gente corría como si fuera día de cobro y los chiquillos no daban avío pá tapar agujeros. Las pocas pelotas que le tocaron a Moleiro en esa rifa fueron un desperdicio y el equipo se organizó atrás -perdón por el eufemismo barato- sobre la línea de cuatro más Mfulu y Enzo que se dedicaron a sacar tarea como joputas No pasó gran cosa en la primera parte más que la sudada que se metieron y en la continuación la UD pareció querer otra cosa, pero fue como lo de Luis Enrique un rato antes, que estaba escrito que esa no era su tarde. Pimienta lo intentó con algún cambio pero ni Marvin, ni Sidney ni Vitolo mejoraron al equipo. En el 75´Loiodice se desenchufó y le soltó una galleta a uno de azul y dejó el partido y a la UD sin dónde cobijarse. Delante, vamos a ser justos, Andone y Marc Cardona son buena gente, trabajadora y tal, pero son de los que mean sin apuntar, no sé si me explico, hoy tuvieron una cada uno y fue que tampoco.
Desde la expulsión de Enzo el equipo pegó el culo a la pared y el Oviedo se vino arriba. Afortunadamente son unos batatas y la UD defendió sin contemplaciones, la numerosa hinchada amarilla que acompañaba hoy al equipo logró sobreponerse a la presión en la glotis y animó lo suyo para que la muchachada no desfalleciera y sacara el puntito que corona una semana cojonuda del equipo con cuatro puntazos cosechados en otros tantos días. A veces un partido o un equipo te pasa por encima, pero si llegas a la ducha y ves que sumaste esa semana también, el trauma pasa rápido. De momento la UD no es de los equipos de arriba que estèn deshilachándose y aguanta el ritmo de la competición, tiene a la vista al Albacete y al Villarreal para cuadrar caja antes de navidad con un balance que ya quisieran para sí muchos ¿verdad, Luis Enriquito? que de botarate no te quisiste llevar a Viera a Catar, vaya usted a saber por qué te dejaste en tierra al mayor talento del fútbol nacional, y ahora estás en el paro y eres conocido en todo el mundo como el tolete al que Marruecos le hizo la anoplastia.
IGOR OTROKACHOPOPLIS
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