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IGOR SOYROKKO30CMTS
Lunes, 21 de Noviembre de 2022
Crónicas Bananeras

LEV 1-1 UDLP : ROCCO EN EL ESPEJO

A los equipos contrarios se la suda que la UD haga 80.000 pases si los hace a cincuenta metros de su área,

 

CRÓNICAS BANANERAS

16ª jornada,  20/nov 2022

 

LEV 1-1 UD

 

ROCCO EN EL ESPEJO

 

La semana venía calentita porque a los ruinas del club les faltó tiempo para declarar el partido contra el Tete -el próximo a jugar en casa- como Día del Club, que es un eufemismo para no decir el Día del Pollaboba Integral, ya que no de otra manera se entiende el hecho de pasar por taquilla para volver a pagar una entrada que ya se había pagado con el abono de temporada y que significa exactamente eso: que pagas por TODA la temporada. Pero ni esto, ni el hecho de tener que hacer unas colas kilométricas bajo un solajero de cagarse la perra a las afueras del estadio impidieron que docenas de miles de toletes pasaran por caja a dejarse una pasta gansa y el total de la dignidad que les quedaba después de haber acudido en masa en agosto a poner su platita para apoyar al club en otra insufrible escalera de gallinero  en la Smartbank.

 

Viñayo,  Mamporrering Manager de Miguelahe, trató de explicar en los medios que cobrar dos veces por el mismo partido era lo normal, no habló de devolver la pasta al abonado que no vaya al partido por considerar que es un abuso -y un sentido del negocio tipo Curro Jiménez- y que no había que extrañarse por ello, y por lo visto tampoco halló contradicción alguna entre el grito desesperado del club para que la afición renovara el abono -o se abonaran de nuevo cuño- cuando nos estampamos contra el Tete en el Playoff y aquello quedó como un solar-, con la sangría sobrevenida para esos 18.000 fieles que, contra toda evidencia, decidieron aflojar la bolsa allá por verano para apoyar al equipo y que ahora debían volver a gastarse la pasta del Mercadona con la esperanza de ver si el equipo le aflojaba las tuercas al Tete . Pero así se escribe la historia de la UD, una vez que el club hizo caja con los abonos y comprobó que la marcha del equipo tenía un pase -por mucho que  ese pase esté siendo pátrás en estas últimas semanas-,  el sanguijuela-jefe y las sanguijuelitas culeras que tan bien le asesoran, decidieron que la parroquia tenía una ordeñada más, y procedieron a sacarle hasta el suero. Todo ello, eso sí, por nuestro propio bien. La canariedad reaccionó como una piña mientras esperaban a que abrieran las taquillas o les diera una insolación -lo que ocurriera primero- y su voz indignada corrió por calles y barrancos: beee, beee, beee.

 

El empute era general y la afición no entendía bien que precisamente en la semana en que la UD había consumado la machada de dejar fuera de la Copa al Teruel, el club decidiera joder el clima de exaltación popular con una exhibición tan miserable de avaricia. Pero, como decimos, esta era una semana horribilis que contabilizó además las bajas de Valles y de Sandro, cuya lesión es probable que le impida mantener su regularidad goleadora, por lo que el objetivo de 30 o 40 goles para esta temporada queda en entredicho. Así todo, la peor noticia de la semana fue el anuncio del abandono de su ilustre carrera cinematográfica de Rocco Siffredi, actor-fetiche de la canariedad, ganador de varios Oscars, e  icono de la nueva virilidad y modelo de virtudes sobre lo que debe hacer un hombre de verdad cuando tiene una oportunidad para meterla en caliente. Retirado pues el falo referencial de la canariedad -especialmente para el sector chandalero-, la UD quedaba como la reserva espiritu-seminal de Occidente, y nos preguntábamos si esa circunstancia de ser el último colectivo de verdaderos hombres heteros vivos sobre el planeta iba a suponer una presión excesiva sobre nuestra cuadra de sementales.

 

La respuesta era que sí, claro. En dos palabras: escapamos locos. En este partido incómodo, encajonado entre la gesta de Teruel y la visita del Tete, la UD enfrentaba a un equipo con solera que el año pasado se fue al carajo a mitad de temporada y que más que bajar, se riscó. Traspasó a Morales (un pedazo de jugador), trincó la pasta del seguro de descenso y apalancó a la mayor parte del equipo para formar bloque en segunda y tratar de escapar rápido de la quema. Vamos, como el año que bajamos nosotros y luego intentamos rebotar con Manolo  Jiménez, Paco Herrera y el Yayo Mel  y extrañamente no salió bien. Obligado por las bajas, Pimienta tuvo que cambiar de portero y de 9 y el resto fue más o menos lo de siempre, con Moleiro en el banquillo para que no jodiera. Hay que decir aquí que Dominguesito cumplió y solo se dejó el ojete desde los nueve metros y que Andone no tiene pinta de ser el hombre que nos lleve de vuelta a División de Honor

 

Nos tienen más visto que al negro del whatsup. A los equipos contrarios se la suda que la UD haga 80.000 pases si los hace a cincuenta metros de su área, así que meten ocho o nueve tíos atrás y presionan lo justo para que la bola no suba y esperan al error para sacar el naife. La falta de falta de vergüenza para que la delantera de la UD rompa con más frecuencia, mala baba  y velocidad nos estaba matando y había bajado la producción a gol por partido en el mejor de los casos, y eso, con posesiones medias sobre el 80% significaba que el plan estaba pegado con saliva y que se podía descarajar en cualquier momento, tal como estábamos viendo hasta el momento en que el equipo saltó al césped del Ciudad de Valencia. Pá no aburrirles, descarajó bastante pero al final se apareció la Virgen -del Pino, por supuesto- y le dio carrete a la milonga de Pimienta, por lo menos hasta que recibamos al equipo hermano.

 

El Levante salió gallito a discutir por la pelota, y dado que tiene a gente como Campaña, Iborra y Soldado lograron la hazaña de terminar el partido con una posesión del 37%, pero tampoco tienen fútbol como para arrasarnos, y entre eso y que la defensa aborígen de ayer (Suárez, Coco, Curbelo, Cardona) se dejaron el alma, el partido fue traqueteando sin grandes novedades hasta el cincuenta y poco, en el que Rubén Vezo entró en el área al mismo tiempo que a Sergi Cardona dejó de llegarle oxígeno al cerebro y le metió un patadón al costillar que nos costó un penalty y el 1-0 a cargo de Soldado en lo único que le dejaron hacer entre Coco y Curbelo en todo el partido. Así pues, el Levante nos había puesto mirando pá Poniente y aquello tenía mal aspecto porque el equipo no salía de su bucle catatónico, hacía falta que algo cambiara el rumbo que había tomado el partido, y afortunadamente llegó a través de una decisión del entrenador, para ser concretos, del entrenador del Levante, que jugó a eso tan peligroso de echarse pátrás a verlas venir.

 

Pimienta también fue reaccionando, a cachitos. En el 63´le dio el bote a Clemente y a Jiménez y entraron Pejiño y Moleiro para apretarle el gaznate al Levante, sin grandes resultados. Pejiño no ha vuelto a ser el que era y Moleiro sigue más perdido que el barco del arroz. Parece  evidente que un tipo como el Niño Polla con su desborde, su cambio de ritmo, su disparo y, sobre todo, con la jeta que le pone, debería ser un arma letal en manos del equipo. Pero no termina de encontrársele el sitio y por eso, aunque ha jugado bastante, no ha resultado decisivo en tantos partidos como esperábamos, así que es posible también que termine reventando la puerta, pero ya en otro lado. Le pasará como al gran Rocco, que tuvo que sacar su talento fuera de Italia para que se le reconociera. Aquellos cambios no resolvieron nada, el Levante estaba metido atrás como una lapa en la barra de Las Canteras y la delantera amarilla deambulaba frente al área local como yonquis frente al escaparate del McDonalds de Triana, mucho mirar pero nada que echarse al diente.

 

A la desesperada -solo así se puede calificar sacar a Lemos para que arreglase una cagada como la que estábamos viendo-, Pimienta sacó al gallego, a Marvin y a Cardona, que llevaba sin mojar desde la tercera dosis de la anti-covid. El Levante se hundió hasta la fila nueve de la grada y dejó las bandas más vacías que Santa Catalina Park la mañana del miércoles de ceniza. Viera, que lo detectó, empezó a meterle pelotas a Marvin, que ayer tenía el día juguetón y quería demostrar que tiene sitio como titular, asaltó dos veces por la derecha y en la segunda colada se fue hasta el fondo y colocó un centro alto y fuerte que Marc descolgó entre catorce defensas con un cabe tenso y poderoso que dio en el interior del larguero y acabó dentro. El golito coincidió con el pitazo final del árbitro y todos tan contentos pá la caseta. El punto nos descuelga del ascenso directo y la paja mental rebaja un grado y coloca ahora mismo el nivel de aspiraciones del equipo en zona de Playoff.

 

Y esto es casi todo. Empieza la semana de los nervios ante la visita del Tete  y su comparsa de godos, a ver la fiesta que vemos esta temporada. Suponemos que, para no variar, tocará la semana ecuménica de Miguelhae, que falta estaba haciendo porque la parroquia añora tanto su padrinazgo social de corte siciliano como su verbo fácil y erudito. Y lo echamos de menos también porque, como íbamos diciendo, desde que nos dejamos estafar en pretemporada con el timo del "Abono por todos los partidos de liga de la temporada" lo único que hemos escuchado de la dirigencia de la UD en esta semana es la expresión del agradecimiento por la generosidad de la canariedad para con el club cuando estaba con la mierda hasta las orejas, y que se resume también en otras dos palabras: Paga, cabrón.

 

IGOR SOYROKKO30CMTS

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