¿QUESO DE QUÉ? UD 0-2 BUR 

14ª jornada,  01/nov 2022

UD 0-2 BUR   

¿QUESO DE QUÉ?

Hace algunos años apareció por los supermercados un "nuevo" producto que con los años se ha ido metiendo en las tripas y -peor todavía- en las cabezas de la canariedad, hasta el punto que mucha gente ya lo llama así genéricamente: "Queso de Burgos". El producto en cuestión se trata de una aberración gastronómica en la que han cogido un queso tierno de cabra de Valleseco de los de toda la vida pero le han quitado todo sabor, olor y textura hasta dejarlo igualito al porespan, que si no pusiera el término queso en la etiqueta se podría vender en las ferreterías pá sellar ventanas. Debe ser cosa del lugar, porque al equipo representativo de esa mítica ciudad de la que hasta el Cid salió por patas le pasa lo mismo que al queso. De fútbol andan más justitos que el equipo del Hogar de la Tercera Edad de Tenteniguada, pero lo suplen -o lo intentan- con un mix de testosterona de las estepas y una dieta basada en la ingesta masiva de morcillas de arroz, que se explica por sus efectos beneficiosos para el juego que propone el Burgos, ya que induce al consumo de pacharán y además produce frecuentes y poderosas ventosidades, que son de mucha ayuda para defender saques de esquina.

Este enternecedor grupo de patizambos forjados en la fragua do se fizo la Tizona sorprendió en el primer cuarto de liga gracias a una defensa robusta y a un porterito, Caro, al que el ayuntamiento ha anunciado que le va poner su nombre a un parking para tractores próximo a inaugurar. Marcan muy poco, pero regalan menos que UNELCO, y se habían ido arrimando arriba, a la sorruna, llegaban al Gran Canaria con el orto ya ventilado esta temporada, pero aparentemente bien de chapa y pintura. Se encontraban enfrente a una UD de bajuki después del revolcón en Huesca y a una afición que estaba ya hasta los huevos de tanto discurso razonable desde el club y de las llamadas a la calma, cuando lo que esperábamos era menos prosodia y que la UD trincase al primer equipo que se le cruzara y se lo follara sin contemplaciones. Era sencillísimo, estábamos ajitos de explicaciones y queríamos sangre para ahogar las penas, porque la chusma somos así, tenemos mala baba, y prisas, y no compramos discursos de automamada. Y el que paga, manda.

Mucho se ha hablado en estos días de que el equipo hizo buen partido en Huesca y que no hubo fortuna a pesar de lo bien que se jugó, y por suerte había una oportunidad para sacar la pata del baldemierda en tres días y no prolongar las dudas sobre si estamos ya en el bache que toca, como mínimo, cada temporada o si fue una tarde pá olvidar y ya. Si los partidos llevaran nombre como las tormentas tropicales, a este le podían haber puesto "Pesadilla en Huesca Street 2" porque tuvo el mismo tufo desde el principio del regimiento del 7º de Caballería defendiendo sus cabelleras hasta el último hombre, rodeados por nuestros muchachos -al trote- en el muy apropiado papel de hacer el indio. Todo precioso: sus gráciles piruetas, sus controles de fantasía, sus caños imposibles, los pases mirando al tendido, los escupitajos llenos de arte y todas las gilipolladas que ustedes quieran imaginarse con la pelota en el pie, se estrellaban al llegar a la zona de las verdades contra un dique de forzados que me recordaban a una bandeja de plata que tenía mi abuela colgada en el salón y que reflejaba una escena terrorífica de almas quemándose vivas en el purgatorio. Pero no, fue mucho peor que eso.

En cuatro días hemos pasado de ser la repolla de la categoría a un equipo perdedor en serie, una vez descorchado el equipo en Huesca quedó demostrado que lo que llevaban intentando todos los equipos contra la UD desde que empezó la temporada puede funcionar y que solo se trataba de intensidad y concentración para desarrollar el plan de bloquear a la UD la primera media hora y esperar a que el pegapasismo gratuito y repetitivo el equipo apareciera y se nos coma por las patas párriba. En este sentido el partido del Burgos fue ejemplar, no necesitaron ni dar patadas, con una defensa mixta sobre Viera lo desconectaron del partido y las llegadas de la UD se espaciaron y se ensuciaron. En la grada se vivía como un drama cada arrimón del equipo porque no había Dios que cortara la secuencia de pases y tirara pá dentro y para una vez que se rompió la secuencia y alguien se atrevió a chutar -Benito, en el 20`- estaba en fuera de jugo y el gol no subió.

Pimienta lo intentó esta vez metiendo a Loiodice, Pejiño y a Sandro de entrada, pero la defensa presionante del Burgos alejaba la jugada y obligaba a retrasar los pases y a multiplicarlos, así que les estábamos haciendo el partido por que cada vez parecían estar más cómodos atrás y la UD cada vez más psicótica con la pelota. Con este panorama y la lesión de Marvin llegamos al descanso preguntándonos qué carajo le había pasado al equipo de una semana a esta parte para estar presenciando semejante cagada. El técnico apañó para la segunda mitad con Lemos en lugar de Marvin y el equipo volvió al campo con el mismo seminograma plano para intentar levantar aquello, a base de más pases y combinaciones, pero aquello empezaba a supurar y no se levantaba ni con una Viagra de a kilo. A Pimienta se le ocurrió hacer exactamente lo mismo que el sábado pasado en Huesca y fue dando entrada a los mismos: Moleiro, Vitolo y Marc Cardona para aumentar el tráfico por arriba y provocar errores en las marcas, pero el resultado fue incluso peor porque el partido se convirtió en una montonera de la que lo único claro fueron dos goles, uno anulado a Marc Cardona y otro, que sí fue bueno, del Burgos -64`-, después de una contra que cogió a la defensa amarilla en bragas y permitió varios toques en el área hasta que aquellos se cansaron de vacilarnos y la terminaron enchufando.

Quedaba casi media hora y el sector de la afición presente en 7Palmas que todavía cree en el ratoncito Pérez y en que algún día les tocará el Euromillones entonó el "Sí se puede" mientras en el césped el equipo daba un máster en impotencia y confusión. A base de hueva se fabricaron un par de ocasiones -Viera y Moleiro- que se fueron por muy poco pero el partido se había ido al carajo ya a esas alturas y el 0-2 cayó como una caja de pescao, sobrevenido ya en la prolongación con el equipo sumido en la desesperación y las tinieblas no sirvió más que para redondear el epitafio del partido y también de la esplendorosa racha triunfal de la UD y de la paja mental colectiva en la que vivíamos instalados desde que comenzó esta temporada que iba para histórica y que de momento está a la espera de que el Eibar aparezca por aquí el domingo, nos haga otra Burgalesada y nos empareje en la clasificación con el Tete.

Y este es el momento en el que podremos comprobar de qué pasta está hecho Pimienta, cuando tenga que poner firmes a tanta prima donna y empezar a sentar gente y sacar a jugar a otros y cuando tenga también que revisar qué es lo que está haciendo el equipo que ya no le vale para ganar partidos y mantenerse arriba. Por que lo que es la afición ya empieza a estar un poco harta del discurso de "lo hemos hecho todo bien" y "este es el camino" cuando en este momento el equipo está más perdido que el barco del arroz.

IGOR KÓMEKESOKABRÒN