MEA CULPA, MEA CULPA, MEA GRANDISSIMA CULPA

9ª jornada,  08/oct 2022

UD 0-0 IBI    

MEA CULPA, MEA CULPA, MEA GRANDISSIMA CULPA

    Chacho, chacho, chacho, la verdad, daba hasta pena ver a los jugadores esta semana fustigándose ante las cámaras como sado-masos compulsivos con el asunto de la bajona en Miranda de Ebro que nos costó un par de puntos, y el punto añadido, no menor, de ir sacando pecholobo una semana más, que eso del liderato también lo valoramos un pueblo tan humilde y poco dado al petardeo como semos nosotros.

   Prensa, internet y tv se llenaron de jugadores compungidos que juraron estar pasando por el peor momento de sus vidas al causar tamaño dolor a la canariedad y quebranto deportivo al equipo. Según sus lacrimógenas explicaciones, simplemente pasó que se confiaron -sí, así denominaron a estarse tocando los huevos 35 minutos-, que fallaron en un par de detalles -deben referirse a los correspondientes a los minutos 87 y 89- y que no les volverá a pasar porque ya se la saben.

    Eso es lo que han ido balbuciendo en las entrevistas y, por lo que vamos viendo en los medios, aquí todo el mundo se ha tragado esa milonga de la autocrítica, de la autoflagelación en público y del propósito de la enmienda de estos comemierdas que se dejaron levantar un partido de una manera tan lamentable.

   Pero ésta redacción cree que esa exhibición de sororidad de la plantilla es una tapadera, y que ese fracaso exige luz y taquígrafos, la canariedad no se va a conformar con menos de la verdad porque, vamos a ver ¿qué pasó realmente entre que Viera metió el papaso del 1-3 y el último minuto del partido? Veamos.

    Primero, una aproximación científica. Nos atiende el Dr. Cazzopiccolo, psicólogo conductista-lacaniano y pro-electroshoks, titular de la Cátedra de conductas deportivas depresivo-hipogonádicas de la Universidad del Mar del Plata, ya de larga relación profesional con la UD en la que ahora ejerce de chamán oficial: "los mushashos -desgrana el doctor- se desinflaron emocionalmente cuando comprobaron que sha no podían cargar con sus propios testículos. Al estar sometidos a un régimen disciplinario estricto por parte del club, sha no salen a matarse a polvos, así que duermen bien y están frescos, pero al no foshar, todo ese potencial orgánico se queda adentro y claro, este...abulta" -¿y entonces, doctor?- "Hay que elegir, no se puede tener todo en la vida. O tenés un colectivo de jóvenes forrados de plata y que se dedican a festejar 24/7 cerrando bares o tenés un equipo que aprieta todos los minutos de todos los partidos. Vos decidís" -concluye la eminencia del comportamiento.

   Desde el punto de vista futbolístico al equipo se le vieron en Burgos unos costurones del tamaño del Barranco de Guayadeque. Vale que las lesiones de Coco, Cardona y Sandro y las patadas que llevaban los muchachos en las piernas complicaron todo, pero la única respuesta que tuvo el equipo cuando Viera despachó el partido con el 1-3 y aquella gente que lo tenía perdido siguió a lo suyo, fue hacer el gilipollas, y tampoco es eso.

   Si se te cae el equipo, que puede pasar, necesitas un plan C -de cerrojazo, de candado, de cazar a uno y liarse a protestar, de caerse 8 veces seguidas, de cabrones, de como sea-, pero ocurrió que al Mirandés se le apareció la Virgen mientras corrían como hijoputas, mientras los nuestros se dedicaban a la combinación sobreactuada, repetitiva, conservadora, aburrida, previsible, inútil y peligrosa en los peores sitios para ello, dando la -correcta- sensación, de ser un equipo absolutamente follestible que invitaba a lo que en Perú llaman "choque y fuga" y que significa exactamente eso que están ustedes pensando.

    Falló la estrategia, la conducción del partido, los cambios, la concentración, la actitud...y también falló el hijoputismo necesario para asegurarse de que los muertos no se levanten y corran. En cinco minutos habíamos pasado de ser el terror al hazmerreir de la categoría. Esto a D. Vito Corleone no le pasaba, que todavía hay clases.

    Lo bueno del fútbol es que tumbando al Ibiza con un partido solvente se olvidaría el empute y volveríamos a enamorarnos del equipo, de Viera, de Pimienta y hasta de Miguelahe, pero había una mosca de cojones con el equipo y su flojera de patas del otro día.

    La canariedad entiende que haces un partido regular contra un buen equipo que te folla y vale, qué le vamos a hacer. Nos ha pasado mil veces, pero dejar que se te suba a la chepa un equipo que lo mejor que ha visto de fútbol en su vida es el partido que se echó Viera el otro día en sus propias narices es algo que no estamos dispuestos a dejar pasar y tomaremos las medidas pertinentes.

   En las legiones romanas, cuando la derrota llegaba por el poco ímpetu que le ponía el personal, el castigo era diezmar las tropas, que consistía en que cada decurio echaba en suertes y al que le tocaba la china era lapidado y apaleado hasta la muerte por sus propios compañeros de pelotón. Ojo, no estamos dando ideas a nadie, pero que conste que la terapia funcionaba.

    Bajo esta tormenta de culpabilidad y expiación, nos preguntábamos qué equipo iba a sacar Pimienta. 3 puntos no, pero el equipo traía de Burgos la ambulancia a reventar. La recomposición de la defensa, en su caso, pasaba por Sidney, que declaraba esta semana que se siente tan cómodo de central como de lateral o, llegado el caso, de mediocentro, pero que donde se siente realmente de puta madre es en el buffet chino que tiene debajo de la casa.

   En cuanto al ataque el único fijo es Jony, y el único que fijo que no, es Vitolito, que lo tienen guardado en celofán como un traje de novia pá que no se estropee y esté en condiciones, algún día.

  Al final Pimienta tiró de catón y puso a Suárez-Sidney-Curbelo-Cardona atrás, Mfulu/Enzo al mediocentro, Moleiro-Viera-Jiménez a dominar el campo contrario y a Pejiño en punta. Teóricamente un equipo ultraofensivo, pero en la práctica una alineación confusa que embarulló el partido y que facilitó el planteamiento marrullero y disolvente visitante.

   El Ibiza, como su propio nombre indica, conformó su plantilla con camareros que se quedaban en paro en temporada baja, unos cuantos jipis reconvertidos en futbolistas y los componentes que quedan vivos de Locomía, con eso les tiene que bastar para mantenerse y amenizar los domingos de resaca en la isla que vendría a ser su objetivo de máximos en la liga y en la vida misma. Les falta de todo y les sobra el entrenador "sin miedo y a disputarle la pelota a la UD", como todos.

   El partido demostró las carencias del Servicio Canario de Salud respecto a la salud oftalmológica de la canariedad. No será porque no se intentó, tiramos a puerta -más o menos- unas 25 veces, de las cuales una fue al poste (Viera, 55´), un par de ellas las paró el porterito y el resto fueron uys, casis, y mecagoentós.

   El Ibiza se apalancó atrás con todo y no tuvo contemplaciones -7 amarillas- y cuando en la 2ª parte la UD apretó más todavía, los nervios y la presión pudieron con ellos y provocaron una epidemia de desmayos y ataques de pánico, con el resultado práctico de que pararon continuamente el partido y no hubo continuidad, ni ritmo, ni swing y la UD tuvo que jugar a chispazos, lo que no dio para sancochar el partido y partirle las madres al Ibiza.

   El árbitro titular se lesionó y ocupó su puesto el 4º árbitro, un zoquete que permitió el juego sucio del Ibiza con la esperanza de que cuando vaya de vacaciones a esa hermosa isla mediterránea los jugadores a los que ayer amnistió le presenten a las amigas más feas y folla-cualquier-cosa que tienen allí.

  Los minutos iban pasando, Pimienta intentó arreglar el desaguisado de la alineación inicial metiendo a Clemente y a Sandro pero el partido estaba ya gangrenado de impotencia y falta de precisión en los remates y aquello acabó como empezó, al 0-0 y con los jugadores presentando sus excusas -baratas- a la canariedad y jurando por su madre que no volvería a pasar.

   ¿Y ahora qué? Pues qué quieren que les diga, con el puntito seguimos arriba, pero el estado de catarsis celestial en que vivíamos felizmente instalados desde que fundimos al Granada se va desvaneciendo y la UD se va metiendo lentamente en la charca de los agobios y de las explicaciones de porqué no ganamos los partidos.

   Llevamos dos gatillazos seguidos contra dos equipejos a los que teníamos que haber triturado y la media de puntos por partido, parámetro fundamental para soñar con el ascenso, va bajando peligrosamente y ya estamos por debajo de dos -exactamente 1.88 puntos/partido- y aflojando.

  Todo esto con Viera entrando ya en plenitud de forma, Moleiro de titular y Sandro subido al carro, un partido que te sale malo puede ser una casualidad, si son dos ya es una tendencia y como no se gane el miércoles en Lugo podemos entrar en fase Ayestarán y lloverá azufre ardiente sobre 7Palmas.

   Estamos hartos de explicaciones y de lloradas, queremos que el equipo gane los partidos a que tenemos derecho al ser una progenie descendiente del testículo derecho de Dios, y punto. Están avisados.

IGOR KASTÌGAMESEÑOR