Parábola de la vaca a medio ordeñar: RAC 0-0 UD

6ª jornada,  18/sept 2022 

RAC 0-0 UD     

     Ah, Santander, hermosa tierra llena de vacas, blancas, grandes, robustas y lustrosas como Toyotas Hiace recién salidas del túnel de lavado, vacas con las que la naturaleza compensó a esa agreste, salvaje y exótica tierra a falta de otros talentos, por que a juzgar por lo visto en la tarde de ayer, el Señor no les llamó por los caminos del fútbol y han tenido que conformarse con este surtido de animales lentos, pesados y flatulentos, tanto triscando en sus verdes valles como en la alineación titular que sacaron para intentar fundir al líder de la categoría.

    Tal era la cagalera que sentían desde que supieron que tenían que enfrentarse al terror amarillo que su entrenador alineó a 4 centrales -tenía la intención de alinear a seis, pero los de los extremos ya no le cabían en el ancho del campo y tenían que jugar por fuera de las líneas de banda, así que se tuvo que conformar con esos cuatro- y los arropó con docenas de laterales y medio centros para intentar destruir el potencial creativo del medio campo canario.

   El objetivo del míster cántabro -para algo se apellida Romo-, era el mismo que intentan todos los que se enfrentan a la UD desde que al Zaragoza le salió bien en la primera jornada de liga: superpoblar su propio campo para, a base de presión, patadas, entradas a destiempo y miopía arbitral, impedir que la UD -especialmente Viera- pueda filtrar pases hacia adelante y la UD se enrede con el tiki-kaka de pelotas de un lao pá otro hasta que los muchachos se mareen ellos solos y terminen dejando agujeros por donde el adversario pueda llegar hasta las inmediaciones del área amarilla e intentarlo contra una defensa que a pesar de los buenos números hasta la fecha está lejos de ser una muralla fuera de toda sospecha.

   Enfrente del rebaño local, el ordeñator máximus de la categoría, Mastro Viera, capaz de sacarle hasta el cuajo a cualquier bovino, caprino ú ovino que le pongan delante, porque una vez que ha visto la teta ya no hay nada capaz de pararle -en sentido futbolístico, se entiende-. Para ayudarle en las labores de pastoreo y recogida del lácteo, Pimienta lo hizo acompañar de los habituales monosabios, si bien es verdad que el técnico amarillo también exhibía manchas de zurullos en la culera y apostó por una defensa de cinco con tres centrales y dos laterales avanzados, uno de ellos además doblado por Lemos, porque no está dispuesto a levantar el pie en la estadística de equipos menos perforados de la categoría ya que así es como se levantan los ascensos según el manual.

    La alineación estaba más o menos potable hasta los tres cuartos, de ahí para adelante había que improvisar porque de la pólvora que se compró en verano para reventar a goles la cloaca de la segunda división, Sandro, Vitolo y Andone siguen a pensión completa en la sala de traumatología inviable del Perpetuo Socorro, a la espera, según afirman en el club, de que caigan lesionados un par de ellos más y poder organizar un reality que tienen medio montado con la colaboración de Tele5, “Parapléjicos en el Paraíso” que sería retransmitido 24/7 por UDTv, para entretener a los chicos con la posibilidad de hacer edredoning y poder monetizar la contratación de tanto minusválido más allá de las ayudas dispuestas para ello en el estatuto de los trabajadores.

    Al final la cosa se organizó -más o menos- con un 5-4-1 con Marc Cardona en la punta, total, era cosa de pastorear al Racing y nadie previa más necesidades ante un equipo tan limitado.

     Pero, lo que son las cosas, la vaca saltó al campo de muy mala baba, y sin respetar jararquías ni hostias empezó a largar derrotes y en el primer tramo del partido se arrimó a Valles que tuvo que sacar dos pelotazos con muy mala baba y otro que milagrosamente se fue al larguero.

   La pintoresca y campestre afición local no daba crédito porque su equipito vacuno se estaba comiendo al líder de la categoría que lastrado por el experimento de Pimienta no daba pie con bola. La entrada de Fabio por Mfulu le quitó consistencia al equipo, Lemos ni atacaba ni defendía y Sidney daba más facilidades que Quillet atrás. Cada embestida de aquella gente era una película de terror y la UD no la olía, Viera trataba de imponer un poco de orden, pero el equipo parecía que estaba corriendo en los Sanfermines, perseguido por aquella manada de cabestros.

   El asalto contranatura del Rácing estaba liderado por un tal Pombo, ejemplar negro zahíno, codicioso y astifino que además de empujar y repartir juego hacia adelante era también el encargado de dar más cera que nadie en el equipo local. Seguramente afectado por las últimas dosis de antibióticos y concentrados vitamínicos suministrados por indicaciones veterinarias, por el solajero que hacía y por la euforia reinante, se fue creciendo y al final de la primera parte se le fue la bola del todo y le metió un serruchazo a Viera que por poco lo mutila allí mismo. El árbitro lo mandó a pastar a un predio anexo para que se calmara y dejó el partido para sacar pan y mojar con toda la segunda mitad jugando con uno más contra el penúltimo de la clasificación.

    Viera logró ponerse en pie y se hizo cargo de la situación. Se embadurnó el brazo de vaselina hasta el sobaco y lo introdujo por salva sea la parte del coño de la vaca pádentro a fin de comprobar que todo estaba en su sitio antes de asestar el pingazo definitivo que, por mor del cronómetro, se daría en la 2ª parte.

   Pimienta puso los recambios de Moleiro y Álvaro para aprovechar la ocasión e ir a por el partido pasando a un 4-3-3 con caja alta y Viera en el centro de las operaciones y al rato metió incluso a Benito y Pejiño, pasando a jugar un 3-2-5 con dos jugadores de banda por banda, pero ni por esas. Contagiados por el ambiente rural y herbívoro del Sardinero, la UD acosó sin patas ni cabeza al equipillo local que se defendió bravamente con un 5-4-0 y rebotó páfuera todo lo que le llegó por allí.

    El espectáculo fue lamentable, la UD no metió un pase filtrado bueno, ni hizo un disparo desde fuera ni logró una combinación de desborde en toda la segunda parte, un par de tiritos de mierda y ya. El árbitro dejó que cayeran los minutos interminables y mandó a los equipos al establo sin que nada cambiara.

   Una pena, peritas en dulce como estas son las que alimentan el proyecto de ascender o la frustración que quedarse comiendo culo otro año más. Ahora vendrá Pimienta a decir que un punto es un punto y que seguimos sin encajar, que también es verdad, pero la afición ya está harta de este tipo de partidos y lo que queremos es sangre y que el equipo puntúe de 3 en 3, lo queremos todo y lo queremos ya. Preguntado al respecto el técnico sobre qué pensaba hacer para sacar la pata de la bosta en que la había metido con sus inventos en rotaciones y cambios, el estratega respondió: Muuuuuuu.  

   En resumen, un puntito, boooote, nos despedimos del liderato que es el único puesto decente que admite la canariedad en esta categoría, la vaca se ha vuelto a Santoña sin preñar y nosotros a esperar al Granada con las pollas como berenjenas.

IGOR VAKÚNOV