Papel Tiznado
Pedro y Alberto, los listillos del juego y la casa sin barrer
Ayer me divertí oyendo el debate en el Senado entre el presidente del Gobierno de España y el aspirante.
Los dos se equivocaron: uno por pedirla y el otro por demasiado “espabilado” durante su intervención.
Feijoo erró al convocarla, porque en las distancias cortas Sánchez se sabe muy muy camorrista para insultar y menospreciar a su adversario y creer que lo tiene batido. Y así fue, Pedro Sánchez tumbó a Alberto sin contemplaciones -dice la prensa que 47 minutos de ataques para creer que noqueaba al aspirante- y ese fue su error.
Pedro Sánchez no supo ser equilibrado. Tiró todo lo que pudo y más contra Feijoo y ese destrozo fue a favor del gallego, que no olvidemos es gallego.
Alberto sabe que con poco tenía: era el aspirante, sabía de su menor experiencia en los ring dialécticos, y también se sabe más educado y elegante en el trato. Y conoce a los españoles, que somos como somos y no queremos sangre. O demasiada sangre. Y al que queda tumbado vamos a ayudar y al que le ha machacado con malas artes lo defenestramos.
Así que el debate fue más de la misma mediocridad reinante en la actualidad: poco o nada productivo para nosotros los que vivimos en este país y mucho “espabilado” por las Cortes muy suelto…
Tenemos que comenzar a entender que esto de la política no debe ir de liderazgos únicos y sí de liderazgos compartidos buscando objetivos de compromisos para la colectividad y no para que los mesías actuales busquen el aplauso pelota de sus bancadas.
“Aymería, que mal veo el futuro…”
Brito Guillén.

Ayer me divertí oyendo el debate en el Senado entre el presidente del Gobierno de España y el aspirante.
Los dos se equivocaron: uno por pedirla y el otro por demasiado “espabilado” durante su intervención.
Feijoo erró al convocarla, porque en las distancias cortas Sánchez se sabe muy muy camorrista para insultar y menospreciar a su adversario y creer que lo tiene batido. Y así fue, Pedro Sánchez tumbó a Alberto sin contemplaciones -dice la prensa que 47 minutos de ataques para creer que noqueaba al aspirante- y ese fue su error.
Pedro Sánchez no supo ser equilibrado. Tiró todo lo que pudo y más contra Feijoo y ese destrozo fue a favor del gallego, que no olvidemos es gallego.
Alberto sabe que con poco tenía: era el aspirante, sabía de su menor experiencia en los ring dialécticos, y también se sabe más educado y elegante en el trato. Y conoce a los españoles, que somos como somos y no queremos sangre. O demasiada sangre. Y al que queda tumbado vamos a ayudar y al que le ha machacado con malas artes lo defenestramos.
Así que el debate fue más de la misma mediocridad reinante en la actualidad: poco o nada productivo para nosotros los que vivimos en este país y mucho “espabilado” por las Cortes muy suelto…
Tenemos que comenzar a entender que esto de la política no debe ir de liderazgos únicos y sí de liderazgos compartidos buscando objetivos de compromisos para la colectividad y no para que los mesías actuales busquen el aplauso pelota de sus bancadas.
“Aymería, que mal veo el futuro…”
Brito Guillén.
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