Cartas desde Punta del Hidalgo
Nuestro querido Tiempo para respirar y contar hasta tres
El Tiempo entendido como parte de nuestro Patrimonio personal... No como la sustancia o el accidente vital tan traído y llevado, ni siquiera como "la imagen móvil de la eternidad" que decía el otro... No, no, no...
El Tiempo como Derecho Humano irrenunciable, inalienable... Como espacio físico íntimo en el que poder, si nos diera la real gana, mandarlo todo al carajo...
El Tiempo desvinculado de la Historia escrita... El Tiempo para respirar y contar hasta tres... El Tiempo como último reducto de nuestra dignidad maltrecha...
El aquí y el ahora como Acto Revolucionario mayor y màs auténtico... El reconocimiento leal de nuestro carácter depredador cuando se lo robamos al prójimo... El Tiempo como origen de nuestra plenitud máxima cuando, porque sí, decidimos dejarle escapar...!
El Tiempo... Nuestro querido Tiempo... El ¡Ya!... que ha dejado de ser a nuestro lado... sin apenas darnos cuenta, sin avisar...
El Tiempo que hace que no salgo a la calle a ver lo que pasa... El que se lleva las hojas, las ramas, las estaciones... El que retorna sobre sus pasos reclamándonos la conciencia de que le pertenecemos y de que nos pertenece... El que nos arrasa... El que nos distingue y el que nos tortura sin remordimiento...!
El Tiempo... El último de nuestros expoliados Derechos...!
P.D: Necesito un café hirviendo, negro, arrebatador y otra vez negro... Y qué coño importa este maldito calor si todo es cuestión de Tiempo...
J. Alberto Valadez![[Img #7907]](https://vergrancanaria.com/upload/images/08_2022/3298_valadez-125.jpg)
Jueves 15 de agosto de 2013

El Tiempo entendido como parte de nuestro Patrimonio personal... No como la sustancia o el accidente vital tan traído y llevado, ni siquiera como "la imagen móvil de la eternidad" que decía el otro... No, no, no...
El Tiempo como Derecho Humano irrenunciable, inalienable... Como espacio físico íntimo en el que poder, si nos diera la real gana, mandarlo todo al carajo...
El Tiempo desvinculado de la Historia escrita... El Tiempo para respirar y contar hasta tres... El Tiempo como último reducto de nuestra dignidad maltrecha...
El aquí y el ahora como Acto Revolucionario mayor y màs auténtico... El reconocimiento leal de nuestro carácter depredador cuando se lo robamos al prójimo... El Tiempo como origen de nuestra plenitud máxima cuando, porque sí, decidimos dejarle escapar...!
El Tiempo... Nuestro querido Tiempo... El ¡Ya!... que ha dejado de ser a nuestro lado... sin apenas darnos cuenta, sin avisar...
El Tiempo que hace que no salgo a la calle a ver lo que pasa... El que se lleva las hojas, las ramas, las estaciones... El que retorna sobre sus pasos reclamándonos la conciencia de que le pertenecemos y de que nos pertenece... El que nos arrasa... El que nos distingue y el que nos tortura sin remordimiento...!
El Tiempo... El último de nuestros expoliados Derechos...!
P.D: Necesito un café hirviendo, negro, arrebatador y otra vez negro... Y qué coño importa este maldito calor si todo es cuestión de Tiempo...
J. Alberto Valadez
Jueves 15 de agosto de 2013
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