Cartas desde Punta del Hidalgo
El abrazo marino nos aguarda tras la caida...
…Y cuando la ola llega y te alcanza nada puedes hacer para evitar el abrazo marino que te aguarda tras la caída… extiendes los brazos y te engañas diciéndote durante el desplome… “¡mira, mira, es como si pudieras volar!”…
...pero de poco te vale la exageración… ya estás hundido y la verdad es que no merece la pena resistir… ya sumergido el agua juega con tu cuerpo desamparado…
...y recuperas las conciencia de lo poquita cosa que eres… y… por un momento… quisieras que ese instante se perpetuase más allá de lo razonable…
...y te vuelves a mentir diciéndote… “¡Pero, si es que puedo vivir sin cielo ni aire…!”… Y… cuando ya no aguantas más… tu cuerpo rebelde emerge proyectado hacia la superficie sin importarle un pito lo que esté pasando por tu mente…
...y asomas la cabeza para reencontrarte… y cierras los ojos porque tanta claridad te ciega… y respiras sin necesidad de hablarte…!.
Esta vez no te engañas cuando rumias… “¡Joder… qué buena está el agua!”... Y ves que la ola regresa… y sientes que la ola te alcanza…
...y piensas sin querer pensar en quienes te quieren robar tu condición de persona… en quienes te quieres despojar de tu libertad de soñar cuando te alcance la ola…!
J. Alberto Valadez.![[Img #7865]](https://vergrancanaria.com/upload/images/08_2022/4779_valadez-125.jpg)
Domingo 12 de agosto de 2012

…Y cuando la ola llega y te alcanza nada puedes hacer para evitar el abrazo marino que te aguarda tras la caída… extiendes los brazos y te engañas diciéndote durante el desplome… “¡mira, mira, es como si pudieras volar!”…
...pero de poco te vale la exageración… ya estás hundido y la verdad es que no merece la pena resistir… ya sumergido el agua juega con tu cuerpo desamparado…
...y recuperas las conciencia de lo poquita cosa que eres… y… por un momento… quisieras que ese instante se perpetuase más allá de lo razonable…
...y te vuelves a mentir diciéndote… “¡Pero, si es que puedo vivir sin cielo ni aire…!”… Y… cuando ya no aguantas más… tu cuerpo rebelde emerge proyectado hacia la superficie sin importarle un pito lo que esté pasando por tu mente…
...y asomas la cabeza para reencontrarte… y cierras los ojos porque tanta claridad te ciega… y respiras sin necesidad de hablarte…!.
Esta vez no te engañas cuando rumias… “¡Joder… qué buena está el agua!”... Y ves que la ola regresa… y sientes que la ola te alcanza…
...y piensas sin querer pensar en quienes te quieren robar tu condición de persona… en quienes te quieres despojar de tu libertad de soñar cuando te alcance la ola…!
J. Alberto Valadez.
Domingo 12 de agosto de 2012
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