Sección Isletera
Taiwán, Rusia, Ucrania, USA y nosotros, los ciudadanos de a pie de este Planeta Tierra
Hoy estuve en un restaurante curioso. El cocinero es coreano. Su pinche, camarera y también su esposa es china -me dijo, o así entendí yo, que había nacido en el Norte de China, en el área noroeste, cerca de Rusia, o no, porque puede ser que esté cerca de Kazajistán o Kirguistán y para ella eso es Rusia-
La comida es exquisita, sus comensales son la mayoría orientales y entiendo que por eso mismo la cocina es coreana-China-japonesa o algo parecido, pero al gusto excepcional. Otro día hablaré de la gastronomía pero hoy toca la precariedad vital que sufrimos los ciudadanos de este Planeta Tierra. Les cuento:
Llego temprano y toca esperar por una persona que es fundamental en mi vida. Y, claro está, me pido mi Tropical -con diferencia, para mi paladar, la mejor cerveza del Mundo, y eso que he estado en Bruselas, en Vigo, en Madrid, en Sevilla, en Amsterdam, en Berlín y Munich, pero nada como una Tropical de toda la vida-.
La china del Norte de China viene con una sonrisa ya expresiva que me da por preguntarle de forma ingenua si va a haber guerra entre EEUU y China a cuenta del viaje de la Pelosi a Taiwán y me deja asombrada su respuesta, siempre con Su sonrisa o expresión misma de su cara. Me dice la china del Norte de China que la “señora de Pelosi, de 82 años -yo ni sabía de su edad- viene a desestabilizar la convivencia de los pueblos del Mundo a cuenta de agredir con sus actos a China-.
Ufff, me recorre entonces un sudor por todo el cuerpo más frío que la Tropical que estoy echando en el buche y el contraste del frío del sudor con el calor de cuerpo destartala mi cerebro y me hace pensar -qué ingenuidad la mía preguntar sin saber las consecuencias de la respuesta- que la china del Norte de la China es una ciudadana más del Mundo, como yo, que solo quiere vivir en paz, trabajar más de lo que le permiten sus fuerzas y vivir sin grandes agobios, que no queremos guerra -y si no que se lo diga a los ucranios, a todos los europeos, a los africanos (Son los que más cerca tengo) que estamos sufriendo las consecuencias de la política neoimperialista rusa).
Es ahí cuando caigo en la cuenta de que estos pseudolíderes que gobiernan a los ciudadanos del Mundo no pisan asfalto, que no se enteran de lo que queremos los pobres desgraciados de a pie -que somos la mayoría de los miles de habitantes que nos despertamos cada día para combatir esta vida que estos políticos nos hacen que vivamos- y, encima, debo dar las gracias por que el mesiánico presidente del Gobierno de España, donde vivo, es lo suficientemente no tonto para saber que España no tiene capacidad, ni tan siquiera para enviar Leopard a Ucrania. Compatriotas, Dios está con nosotros.
Bueno, termino. Ciudadanos del Mundo. Somos muchos que queremos vivir en paz, que queremos que la china del Norte de China siga manteniendo su negocio en equilibrio, con posibilidad de que sus hijos vivan en paz, sin hambre, con energía eléctrica que se pueda pagar con salarios acordes a lo que uno trabaja. En fin, a los pseudolíderes del Mundo le digo: ¡Déjennos vivir tranquilos! Vayan a hacer sus guerras a un Planeta lejano, reúnanse allí y guerreen entre ustedes. A ver si los marcianos se dejan.
Brito Guillén

Hoy estuve en un restaurante curioso. El cocinero es coreano. Su pinche, camarera y también su esposa es china -me dijo, o así entendí yo, que había nacido en el Norte de China, en el área noroeste, cerca de Rusia, o no, porque puede ser que esté cerca de Kazajistán o Kirguistán y para ella eso es Rusia-
La comida es exquisita, sus comensales son la mayoría orientales y entiendo que por eso mismo la cocina es coreana-China-japonesa o algo parecido, pero al gusto excepcional. Otro día hablaré de la gastronomía pero hoy toca la precariedad vital que sufrimos los ciudadanos de este Planeta Tierra. Les cuento:
Llego temprano y toca esperar por una persona que es fundamental en mi vida. Y, claro está, me pido mi Tropical -con diferencia, para mi paladar, la mejor cerveza del Mundo, y eso que he estado en Bruselas, en Vigo, en Madrid, en Sevilla, en Amsterdam, en Berlín y Munich, pero nada como una Tropical de toda la vida-.
La china del Norte de China viene con una sonrisa ya expresiva que me da por preguntarle de forma ingenua si va a haber guerra entre EEUU y China a cuenta del viaje de la Pelosi a Taiwán y me deja asombrada su respuesta, siempre con Su sonrisa o expresión misma de su cara. Me dice la china del Norte de China que la “señora de Pelosi, de 82 años -yo ni sabía de su edad- viene a desestabilizar la convivencia de los pueblos del Mundo a cuenta de agredir con sus actos a China-.
Ufff, me recorre entonces un sudor por todo el cuerpo más frío que la Tropical que estoy echando en el buche y el contraste del frío del sudor con el calor de cuerpo destartala mi cerebro y me hace pensar -qué ingenuidad la mía preguntar sin saber las consecuencias de la respuesta- que la china del Norte de la China es una ciudadana más del Mundo, como yo, que solo quiere vivir en paz, trabajar más de lo que le permiten sus fuerzas y vivir sin grandes agobios, que no queremos guerra -y si no que se lo diga a los ucranios, a todos los europeos, a los africanos (Son los que más cerca tengo) que estamos sufriendo las consecuencias de la política neoimperialista rusa).
Es ahí cuando caigo en la cuenta de que estos pseudolíderes que gobiernan a los ciudadanos del Mundo no pisan asfalto, que no se enteran de lo que queremos los pobres desgraciados de a pie -que somos la mayoría de los miles de habitantes que nos despertamos cada día para combatir esta vida que estos políticos nos hacen que vivamos- y, encima, debo dar las gracias por que el mesiánico presidente del Gobierno de España, donde vivo, es lo suficientemente no tonto para saber que España no tiene capacidad, ni tan siquiera para enviar Leopard a Ucrania. Compatriotas, Dios está con nosotros.
Bueno, termino. Ciudadanos del Mundo. Somos muchos que queremos vivir en paz, que queremos que la china del Norte de China siga manteniendo su negocio en equilibrio, con posibilidad de que sus hijos vivan en paz, sin hambre, con energía eléctrica que se pueda pagar con salarios acordes a lo que uno trabaja. En fin, a los pseudolíderes del Mundo le digo: ¡Déjennos vivir tranquilos! Vayan a hacer sus guerras a un Planeta lejano, reúnanse allí y guerreen entre ustedes. A ver si los marcianos se dejan.
Brito Guillén
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