Y después de esta tempestad, ¿Qué será de nosotros...?

      Y si fuera cierto que tras la tormenta no hay más que un espacio vacío, anodino, indiferente, desabrido...?

     Y si resultara que lo único verdadero es este sinfín de acasos y de casualidades...?

      Y si esta cuerda invisible que parece tirar de nosotros, no tuviera en verdad otra intención que la de retornarnos a lo poquita cosa que somos...?

   Y si este frenético viaje hacia ninguna parte finalizara, con su provocadora paradoja a cuestas, justo en el mismo lugar en el que lo iniciamos...?

    Y si la constante huída hacia adelante no resultara más que otra excusa de las nuestras...?

     Sentado sobre la roca he abierto las manos... Al extenderlas, buscando el contacto, nota uno el provechoso entusiasmo con el que sol se ha empleado a lo largo del día... Y se agradece el calorcito que sube desde las entrañas de la tierra... como si esa fuera razón necesaria y suficiente para explicarlo y entenderlo todo...!

        Sí, sí, sí, esta posición parece firme, inatacable, segura. No creo que nos alcancen nuevas desconfianzas ni recelos en este lugar....!

      Definitivamente, esta posición parece segura para reiniciar la aventura del no saber qué quedará de nosotros cuando pase la tempestad...!

J. Alberto Valadez.

Miércoles 22 de enero de 2014