Cartas desde Punta del Hidalgo
Luz de Carburo frente a los malos vientos...
El chiquillo corría de un lado a otro intentando proteger del ventarrón la menuda y enérgica llama de la Luz de Carburo. Mientras, los pescadores ocasionales daban voces y tiraban como locos de las sogas que señalaban los dos extremos del trasmallo: porque era trasmallo y no red lo que minutos antes habían lanzado al mar con prudente estrategia.
El viento azotaba sin clemencia… la noche bien fechada… soplaba con más fuerza el aire cuando el copo del trasmallo, repleto de “pesca´o”, yacía extenuado sobre la arena mojada… “¡Fuerte Manterío Cristiano!”… “¡Cristiano, Fuerte Manterío!”… Así gritaban los hombres con regocijo.
Cada cual entregado por entero a su tarea solidaria…! Y, a la hora del reparto, todos reclamaban al chiquillo de la Luz de Carburo… con su llama menuda… con su llama enérgica… con su llama amarilla y azul…
Con el olor penetrante de su indigente vaivén…Llamarada… Inextinguible a pesar de los malos vientos… Suficiente entonces para que los hombres todos recibieran su justa parte en el honrado reparto de la trabajada cosecha…!!
![[Img #7341]](https://vergrancanaria.com/upload/images/12_2021/7000_valadez-foto-larga.jpg)
J. Alberto Valadez
Domingo 16 de diciembre de 2012
El chiquillo corría de un lado a otro intentando proteger del ventarrón la menuda y enérgica llama de la Luz de Carburo. Mientras, los pescadores ocasionales daban voces y tiraban como locos de las sogas que señalaban los dos extremos del trasmallo: porque era trasmallo y no red lo que minutos antes habían lanzado al mar con prudente estrategia.
El viento azotaba sin clemencia… la noche bien fechada… soplaba con más fuerza el aire cuando el copo del trasmallo, repleto de “pesca´o”, yacía extenuado sobre la arena mojada… “¡Fuerte Manterío Cristiano!”… “¡Cristiano, Fuerte Manterío!”… Así gritaban los hombres con regocijo.
Cada cual entregado por entero a su tarea solidaria…! Y, a la hora del reparto, todos reclamaban al chiquillo de la Luz de Carburo… con su llama menuda… con su llama enérgica… con su llama amarilla y azul…
Con el olor penetrante de su indigente vaivén…Llamarada… Inextinguible a pesar de los malos vientos… Suficiente entonces para que los hombres todos recibieran su justa parte en el honrado reparto de la trabajada cosecha…!!
J. Alberto Valadez
Domingo 16 de diciembre de 2012
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