Frente a la panadería de este Pueblo sin calles ni avenidas

"...¡Conciencia y atención!...", le indicó la madre a su hija mientras se aproximaban al colegio de la niña; la previno, en voz baja, con toda la firmeza de la que es capaz una madre cauta, responsable, avisada y atenta.

"...¡Conciencia y atención!..." La chiquilla soltó la mano de su madre y corrió con la agilidad de una gacela, presurosa y obediente, sin mirar atrás, en dirección a la escuela.

"...¡Conciencia y atención!..." La guagua ya venía con retraso y el frío intenso de la mañana nos obligó a refugiarnos en el interior de la marquesina, justo enfrente de la panadería, en este Pueblo sin calles ni avenidas.

"...¡Conciencia y atención!..." A lo largo del viaje, hasta llegar a La Laguna, estuve dándole vueltas a los sabios consejos de aquella Madre prudente... "...!Conciencia y atención!..." ¡Tremenda matraquilla, ya no pude pensar en otra cosa!

"...¡¡¡Conciencia y atención!!!..."

¡Cuánto las necesitamos nosotros también, con esta bruma mediática, cegadora, que nos alcanza por doquier!

J. Alberto Valadez