Cartas desde Punta del Hidalgo
La Sobremesa larga sólo para sentir sin comprender nada
Esa paz extraña que nos embarga cuando llega el peso del mediodía... A primera hora de la tarde, cuando la mañana está aún fresca y reciente...
El sosiego ése que no sabe uno describir... La calma, la conciliación, la mansedumbre...
Ese estado del alma en el que sólo podemos sentir sin comprender nada... ese instante en el que apenas le quedan a uno ganas de pensar ni de complicarse la existencia...
La sobremesa dichosa en la que tanto cuesta decidirse entre el café largo o el corto... El próspero momento en el que nos reconocemos sin remordimiento como autómatas sin cerebro...¡y qué más da si ya hemos sido vencidos!
Cierro los ojos y me dejo llevar por ese revolucionario estado de bienestar... Me voy con el airecito marino...!
J. Alberto Valadez
Miércoles 6 de noviembre de 2013

Esa paz extraña que nos embarga cuando llega el peso del mediodía... A primera hora de la tarde, cuando la mañana está aún fresca y reciente...
El sosiego ése que no sabe uno describir... La calma, la conciliación, la mansedumbre...
Ese estado del alma en el que sólo podemos sentir sin comprender nada... ese instante en el que apenas le quedan a uno ganas de pensar ni de complicarse la existencia...
La sobremesa dichosa en la que tanto cuesta decidirse entre el café largo o el corto... El próspero momento en el que nos reconocemos sin remordimiento como autómatas sin cerebro...¡y qué más da si ya hemos sido vencidos!
Cierro los ojos y me dejo llevar por ese revolucionario estado de bienestar... Me voy con el airecito marino...!
J. Alberto Valadez
Miércoles 6 de noviembre de 2013
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