Súbito aliento a los sentidos recónditos de Pino Lorenzo

UN SÚBITO ALIENTO

Oigo las manillas del reloj,
un tic tac que no cesa,
que se abalanza sobre mi piel
como una herida.  
Siguen pasando las horas, muertas,
y descubro un lugar,
un escondite.
Y me visto de todas las formas,
y pruebo los sabores difíciles,
y husmeo donde nadie puede llegar.
Cabalgo sobre mi piel,
me abrazo a los sentidos recónditos,
y bailo con los dioses.

No suena el tic tac, no hay prisa por rendirse.
Solo una paz, un súbito aliento,
que invita a seguir.

PINO LORENZO