Artistas Canarios
Cuchillo sonoro en la pausada poesía de Rubén Mettini
Poema Semanal para el Taller Espejo de Paciencia
Canta un muchacho
Cae la noche lívida de otoño
aquí en el sur,
el vacío y el silencio
aquietan todo murmullo.
Nadie ha venido.
En el balcón desierto
herido por el mutismo
se me otorga un privilegio:
ser espectador de la ausencia.
Inesperado, canta un muchacho,
rasgando con cuchillo sonoro
la calma. No lo veo.
¿Cómo será su rostro?
¿Una emanación de luz
que enciende la noche?
¿Huye de un sordo dolor
serenando la pena con el canto?
Tal vez ama y su canción
expresa la inconmensurable dicha.
Se aleja la voz.
Vino del misterio
y hacia el misterio avanza.
Se hunde en la nada
con sus incógnitas.
Rubén Mettini

Canta un muchacho
Cae la noche lívida de otoño
aquí en el sur,
el vacío y el silencio
aquietan todo murmullo.
Nadie ha venido.
En el balcón desierto
herido por el mutismo
se me otorga un privilegio:
ser espectador de la ausencia.
Inesperado, canta un muchacho,
rasgando con cuchillo sonoro
la calma. No lo veo.
¿Cómo será su rostro?
¿Una emanación de luz
que enciende la noche?
¿Huye de un sordo dolor
serenando la pena con el canto?
Tal vez ama y su canción
expresa la inconmensurable dicha.
Se aleja la voz.
Vino del misterio
y hacia el misterio avanza.
Se hunde en la nada
con sus incógnitas.
Rubén Mettini








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