Artículo de la Coordinadora de Juvenis
Juventud que se ve, Juventud que no calla
Juvenis, Grupo de Activista Jóven del Colectivo Gamá
Te propongo un reto. Imagínate un grupo de gente joven compuesto por una mujer trans bisexual jurista, una persona trans no binaria activista gorda, una mujer cis autodenominada bollera discapacitada, una mujer cis autodenominada bollera estudiante de musicología y un chico cis gay migrante solicitante de asilo político.
¿De verdad te lo has podido imaginar? Si no entiendes los términos subrayados no pasa nada, sigue leyendo este texto para conocer la diversidad LGTB que nos rodea. Además, al final te dejamos un glosario específico.
Desde Juvenis, grupo joven de Gamá, Colectivo de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales de Gran Canaria, no solo nos lo imaginamos; sino que lo vivimos, lo celebramos y lo visibilizamos. El pasado 12 de Agosto, Día Internacional de la Juventud, estas cinco personas nos reunimos alrededor de una mesa redonda en la que compartimos nuestras vivencias como jóvenes disidentes de la cisheteronormativa.
La cisheteronormatividad es lo que muchas personas denominarán normal o natural, al fin y al cabo es lo que nos presentan desde pequeñitas: personas heterosexuales viviendo vidas heterosexuales, condenándonos, al resto, a la diferencia o la otredad, al sentirnos desplazadas en la sociedad, al no entendernos por no sentirnos “naturales”.
El prefijo cis- se refiere al cisexismo. Esto es la creencia social de que los genitales con los que nacemos le dan el poder al médico de decidir quién vas a ser y cómo te van a educar, independientemente de la identidad que desarrolles. Porque, seamos sinceras, que te asignen mujer u hombre al nacer va a determinar y definir muchas de tus vivencias y experiencias en la vida, pero tu identidad no tiene por qué estar alineada.
Nuestras compañeras trans nos explicaron ese día el tremendo impacto que supone que te asignen un género de forma inflexible e inmutable. Como si nada más nacer, el médico o médica cogiese un brasero humeante y te marcase como propiedad de una sociedad que no te permitirá desmarcarte sin realizar los 12 trabajos de Hércules. Una sociedad en la que además si te identificas como mujer sufrirás el doble de opresiones, te invisibilizarán, te cosificarán y tu sexualidad quedará relegada al disfrute de lo considerado masculino e identificado como hombre.
El prefijo hetero- se refiere a la heterosexualidad obligatoria. Al igual que se nos asigna un género; nacemos heterosexuales por defecto a la mirada de la sociedad. Se nos educa en la heterosexualidad, se nos presupone heterosexuales y en muchas ocasiones se considera una traición social o familiar que identifiquemos nuestro deseo fuera de esos límites.
Todas las personas de la mesa somos jóvenes disidentes. No identificamos nuestro deseo, ni el devenir de nuestra sexualidad dentro de lo hetero. Las dos personas Trans de la mesa se identificaban en el espectro de la bisexualidad, porque recordemos que identidad de género y sexualidad no son lo mismo.
Para nuestro compa cisgay, su sexualidad le supone un riesgo en su país de origen. Le supone que para él, un proceso tan doloroso y lleno de incertidumbre y maltrato social como lo es el de ser migrante y refugiado, se vea compensado por la seguridad que supone no estar en un entorno en el que por circunstancias de las políticas de su país o por su propia sexualidad esté en amenaza constante tanto por su gobierno como por sus más allegados.
Para mí y mi otra compa bollera, ambas cis, identificarnos lesbianas supuso primero identificar nuestro deseo. Una tarea a veces ardua cuando se te educa en la premisa social de que el deseo de las mujeres está en relación a las necesidades del hombre. Cuando tu deseo propio no te pertenece ni es parte de la vida pública y visible, identificar en tu adolescencia, y a veces a posteriori, tus sentimientos, emociones, pensamientos y sensaciones es doloroso porque nadie te ha dicho que personas como tú existen. Y si te lo han dicho, probablemente te han transferido una idea llena de prejuicios, estigmas y estereotipos en los que probablemente no te reconozcas.
Como disidente de la norma heterosexual y disca, nombrarme bollera supone exponer mi realidad como arma pública y política contra la sistematización de lo hetero. Supone retar a la sociedad y a mí misma a transformar lo que me ha hecho sufrir.
Porque como personas jóvenes no somos responsables de la sociedad en la que se nos educa, la sociedad en la que se nos “marca”. Pero sí somos responsables del concepto de normatividad. Porque cuando no reflexionamos sobre lo que se nos ha impuesto reproducimos los mismos conceptos, comportamientos y valores. Es entonces cuando lo cis- y lo hetero se convierten en norma, en cisheteronormatividad.
Por eso existe Juvenis. Porque no somos lo otro, ni lo diferente. Somos disidentes de una norma que reconocemos como dañina e incoherente. Que solo sirve para establecer privilegios y conductas discriminatorias hacia nuestro colectivo.
Somos disidentes porque no nos callamos. Porque no aceptamos esta normatividad, porque nos duele, nos alinea, nos violenta, nos genera conflictos internos. Somos jóvenes disidentes visibles, legítimas y válidas
GLOSARIO DE TÉRMINOS LGTB:
Persona cis : Persona cuya identidad expresada y manifiesta (identidad de género) coincide con la asignada al nacer.
Identidad de género : La vivencia interna e individual del género, tal y como cada persona la siente y autodetermina, sin que deba ser definida por terceros, pudiendo corresponder o no con el sexo asignado al nacer, y pudiendo involucrar o no la modificación de la apariencia o de las funciones corporales a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de cualquier otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. Responde a la pregunta “¿quién soy?”
Persona trans : Toda persona cuya identidad de género no se corresponde con la que le fue asignada al nacer o cuya expresión de género no se corresponde con las normas y expectativas sociales asociadas con el sexo asignado al nacer.
Abarca, por tanto, múltiples formas de expresión de la identidad de género y expresiones de género no binarias, queer, así como a quienes definen su género como ≪otro≫ o describen su identidad en sus propias palabras.
Cisheteronormatividad : Es un régimen impuesto en la sociedad en todos los ámbitos que presenta las relaciones heterosexuales como la norma, invisibilizando o situando como marginales el resto de orientaciones e identidades sexuales.
Bisexual : Personas que se relacionan afectiva y sexualmente con personas de más de un género.
Bollera : Autodeterminación elegida como acción política para reapropiar el término, en origen despectivo y utilizado como insulto, para la visibilidad y defensa de los derechos y libertades de las mujeres lesbianas.
Personas no binarias : Las personas cuya identidad o expresión de género se ubica fuera de los conceptos tradicionales de hombre-mujer o masculino-femenino, o fluctúa entre ellos. Dicho de otra forma, aquellas personas que no se sienten identificadas con ninguna de las dos categorías de género existentes en el sistema sexo-género. Es decir, no se sienten identificadas ni con la categoría de hombre, ni con la categoría de mujer. Se utiliza la “e” para referirse a ellas (Ej. todes).
Juvenis, Grupo de Activista Jóven del Colectivo Gamá
Te propongo un reto. Imagínate un grupo de gente joven compuesto por una mujer trans bisexual jurista, una persona trans no binaria activista gorda, una mujer cis autodenominada bollera discapacitada, una mujer cis autodenominada bollera estudiante de musicología y un chico cis gay migrante solicitante de asilo político.
¿De verdad te lo has podido imaginar? Si no entiendes los términos subrayados no pasa nada, sigue leyendo este texto para conocer la diversidad LGTB que nos rodea. Además, al final te dejamos un glosario específico.
Desde Juvenis, grupo joven de Gamá, Colectivo de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales de Gran Canaria, no solo nos lo imaginamos; sino que lo vivimos, lo celebramos y lo visibilizamos. El pasado 12 de Agosto, Día Internacional de la Juventud, estas cinco personas nos reunimos alrededor de una mesa redonda en la que compartimos nuestras vivencias como jóvenes disidentes de la cisheteronormativa.
La cisheteronormatividad es lo que muchas personas denominarán normal o natural, al fin y al cabo es lo que nos presentan desde pequeñitas: personas heterosexuales viviendo vidas heterosexuales, condenándonos, al resto, a la diferencia o la otredad, al sentirnos desplazadas en la sociedad, al no entendernos por no sentirnos “naturales”.
El prefijo cis- se refiere al cisexismo. Esto es la creencia social de que los genitales con los que nacemos le dan el poder al médico de decidir quién vas a ser y cómo te van a educar, independientemente de la identidad que desarrolles. Porque, seamos sinceras, que te asignen mujer u hombre al nacer va a determinar y definir muchas de tus vivencias y experiencias en la vida, pero tu identidad no tiene por qué estar alineada.
Nuestras compañeras trans nos explicaron ese día el tremendo impacto que supone que te asignen un género de forma inflexible e inmutable. Como si nada más nacer, el médico o médica cogiese un brasero humeante y te marcase como propiedad de una sociedad que no te permitirá desmarcarte sin realizar los 12 trabajos de Hércules. Una sociedad en la que además si te identificas como mujer sufrirás el doble de opresiones, te invisibilizarán, te cosificarán y tu sexualidad quedará relegada al disfrute de lo considerado masculino e identificado como hombre.
El prefijo hetero- se refiere a la heterosexualidad obligatoria. Al igual que se nos asigna un género; nacemos heterosexuales por defecto a la mirada de la sociedad. Se nos educa en la heterosexualidad, se nos presupone heterosexuales y en muchas ocasiones se considera una traición social o familiar que identifiquemos nuestro deseo fuera de esos límites.
Todas las personas de la mesa somos jóvenes disidentes. No identificamos nuestro deseo, ni el devenir de nuestra sexualidad dentro de lo hetero. Las dos personas Trans de la mesa se identificaban en el espectro de la bisexualidad, porque recordemos que identidad de género y sexualidad no son lo mismo.
Para nuestro compa cisgay, su sexualidad le supone un riesgo en su país de origen. Le supone que para él, un proceso tan doloroso y lleno de incertidumbre y maltrato social como lo es el de ser migrante y refugiado, se vea compensado por la seguridad que supone no estar en un entorno en el que por circunstancias de las políticas de su país o por su propia sexualidad esté en amenaza constante tanto por su gobierno como por sus más allegados.
Para mí y mi otra compa bollera, ambas cis, identificarnos lesbianas supuso primero identificar nuestro deseo. Una tarea a veces ardua cuando se te educa en la premisa social de que el deseo de las mujeres está en relación a las necesidades del hombre. Cuando tu deseo propio no te pertenece ni es parte de la vida pública y visible, identificar en tu adolescencia, y a veces a posteriori, tus sentimientos, emociones, pensamientos y sensaciones es doloroso porque nadie te ha dicho que personas como tú existen. Y si te lo han dicho, probablemente te han transferido una idea llena de prejuicios, estigmas y estereotipos en los que probablemente no te reconozcas.
Como disidente de la norma heterosexual y disca, nombrarme bollera supone exponer mi realidad como arma pública y política contra la sistematización de lo hetero. Supone retar a la sociedad y a mí misma a transformar lo que me ha hecho sufrir.
Porque como personas jóvenes no somos responsables de la sociedad en la que se nos educa, la sociedad en la que se nos “marca”. Pero sí somos responsables del concepto de normatividad. Porque cuando no reflexionamos sobre lo que se nos ha impuesto reproducimos los mismos conceptos, comportamientos y valores. Es entonces cuando lo cis- y lo hetero se convierten en norma, en cisheteronormatividad.
Por eso existe Juvenis. Porque no somos lo otro, ni lo diferente. Somos disidentes de una norma que reconocemos como dañina e incoherente. Que solo sirve para establecer privilegios y conductas discriminatorias hacia nuestro colectivo.
Somos disidentes porque no nos callamos. Porque no aceptamos esta normatividad, porque nos duele, nos alinea, nos violenta, nos genera conflictos internos. Somos jóvenes disidentes visibles, legítimas y válidas
GLOSARIO DE TÉRMINOS LGTB:
Persona cis : Persona cuya identidad expresada y manifiesta (identidad de género) coincide con la asignada al nacer.
Identidad de género : La vivencia interna e individual del género, tal y como cada persona la siente y autodetermina, sin que deba ser definida por terceros, pudiendo corresponder o no con el sexo asignado al nacer, y pudiendo involucrar o no la modificación de la apariencia o de las funciones corporales a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de cualquier otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. Responde a la pregunta “¿quién soy?”
Persona trans : Toda persona cuya identidad de género no se corresponde con la que le fue asignada al nacer o cuya expresión de género no se corresponde con las normas y expectativas sociales asociadas con el sexo asignado al nacer.
Abarca, por tanto, múltiples formas de expresión de la identidad de género y expresiones de género no binarias, queer, así como a quienes definen su género como ≪otro≫ o describen su identidad en sus propias palabras.
Cisheteronormatividad : Es un régimen impuesto en la sociedad en todos los ámbitos que presenta las relaciones heterosexuales como la norma, invisibilizando o situando como marginales el resto de orientaciones e identidades sexuales.
Bisexual : Personas que se relacionan afectiva y sexualmente con personas de más de un género.
Bollera : Autodeterminación elegida como acción política para reapropiar el término, en origen despectivo y utilizado como insulto, para la visibilidad y defensa de los derechos y libertades de las mujeres lesbianas.
Personas no binarias : Las personas cuya identidad o expresión de género se ubica fuera de los conceptos tradicionales de hombre-mujer o masculino-femenino, o fluctúa entre ellos. Dicho de otra forma, aquellas personas que no se sienten identificadas con ninguna de las dos categorías de género existentes en el sistema sexo-género. Es decir, no se sienten identificadas ni con la categoría de hombre, ni con la categoría de mujer. Se utiliza la “e” para referirse a ellas (Ej. todes).









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