Artistas Canarios
Raúl Ramos, un relato postal para su madre desde el mar
Raúl Ramos con detalle de Magritte (le esprit de la geometrie) y Tesoro Submarino
La fuerza indescriptible del mar y la tarea titánica de la madre
Hola mamá,
Escribo estas letras en un día del año 2005, pero podría haber sido cualquier año. El mensaje que quiero darte no tiene tiempo.
Escribo en Canarias, aunque podía haber sido en cualquier otra parte. Este mensaje no tiene que ver con donde me encuentro. Mas allá del tiempo y del espacio se manifiesta lo que es mas real, lo omnipresente.
Aquí en Canarias veo con frecuencia ante mi el mar. El mar y su incontable conversación con las murallas de piedra que se alzan, sólidas, a lo largo de kilómetros de costa volcánica.
Constantes, montañas de océano caminan incansables, día y noche, llevando su saludo a las rocas, allí donde sus dominios acaban. En una demostración de fuerza indescriptible, nubes de espuma salada salpican sin cesar la costa.
En el cielo, las nubes corren con el alisio, y vuelan desde el mar tierra adentro, sin detenerse ante ese escenario, y suben por las laderas de las islas, trepando pendientes y esquivando miles de árboles, silenciosamente, y continúan en su viaje hacia el sur.
Es sobrecogedor sentirse tan pequeño al contemplar como ocurre esto, al ver la demostración de lo que la naturaleza puede hacer.
Ahora que te he “pintado” estas escenas, quiero ubicarte allí.
Tu trabajo y entrega son también indescriptibles. No solo has entregado tus cosas y tus bienes. Te has entregado tu misma. Tu labor es la demostración, es la entrega absoluta.
Esa entrega también es indescriptible. No tengo palabras que decirte, para hacerte saber que me doy cuenta de lo importante que ha sido tu camino, el camino que has elegido. La travesía del desierto, sin apenas agua, en algunos momentos.
La indefensión en medio de la tormenta, sin apenas refugio. Tu intimidad ha afrontado una lucha titánica que solo puedo comparar con la demostración de la naturaleza en escenarios también indescriptibles.
Nada hay mas fuerte que aquello que tu has mostrado. Sé que en este mundo que nos movemos, se da valor a las cosas, a la influencia, al poder…
Sin embargo, esa fortaleza tuya es la mas difícil, y la mas sólida. Quiero asegurarte que, aunque ninguno sepamos decirte hasta qué punto es grande tu gesto, esa vida tuya de entrega está ahí. Va mas allá de una vida.
En mi opinión, es la demostración, mas allá del tiempo, de la entrega mas grande que existe. De lo que es el amor de una madre.
Gracias.
Por siempre.

Hola mamá,
Escribo estas letras en un día del año 2005, pero podría haber sido cualquier año. El mensaje que quiero darte no tiene tiempo.
Escribo en Canarias, aunque podía haber sido en cualquier otra parte. Este mensaje no tiene que ver con donde me encuentro. Mas allá del tiempo y del espacio se manifiesta lo que es mas real, lo omnipresente.
Aquí en Canarias veo con frecuencia ante mi el mar. El mar y su incontable conversación con las murallas de piedra que se alzan, sólidas, a lo largo de kilómetros de costa volcánica.
Constantes, montañas de océano caminan incansables, día y noche, llevando su saludo a las rocas, allí donde sus dominios acaban. En una demostración de fuerza indescriptible, nubes de espuma salada salpican sin cesar la costa.
En el cielo, las nubes corren con el alisio, y vuelan desde el mar tierra adentro, sin detenerse ante ese escenario, y suben por las laderas de las islas, trepando pendientes y esquivando miles de árboles, silenciosamente, y continúan en su viaje hacia el sur.
Es sobrecogedor sentirse tan pequeño al contemplar como ocurre esto, al ver la demostración de lo que la naturaleza puede hacer.
Ahora que te he “pintado” estas escenas, quiero ubicarte allí.
Tu trabajo y entrega son también indescriptibles. No solo has entregado tus cosas y tus bienes. Te has entregado tu misma. Tu labor es la demostración, es la entrega absoluta.
Esa entrega también es indescriptible. No tengo palabras que decirte, para hacerte saber que me doy cuenta de lo importante que ha sido tu camino, el camino que has elegido. La travesía del desierto, sin apenas agua, en algunos momentos.
La indefensión en medio de la tormenta, sin apenas refugio. Tu intimidad ha afrontado una lucha titánica que solo puedo comparar con la demostración de la naturaleza en escenarios también indescriptibles.
Nada hay mas fuerte que aquello que tu has mostrado. Sé que en este mundo que nos movemos, se da valor a las cosas, a la influencia, al poder…
Sin embargo, esa fortaleza tuya es la mas difícil, y la mas sólida. Quiero asegurarte que, aunque ninguno sepamos decirte hasta qué punto es grande tu gesto, esa vida tuya de entrega está ahí. Va mas allá de una vida.
En mi opinión, es la demostración, mas allá del tiempo, de la entrega mas grande que existe. De lo que es el amor de una madre.
Gracias.
Por siempre.
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