Odiosa comparación cabra-tortuga
Odiosa comparación: tortuga-cabra: El cabildo, a una tortuga encontrada muy débil, con una aleta colgando y el caparazón herido, que no quería comer, que estaba muy baja de peso, le pusieron sueroterapia, antibióticos, ganó 400 gramos en una piscina (ya pesa 2,5 kilos, pues estaba anémica), y en ello la Consejera de Miedo Ambiente, una tal Inés Jiménez ocupada en el anfibio –creo escribo bien, lo de “anfibio”-, que con la Concejala de que los animales estén bien en/de Telde, otra tal Auri Saavedra, se encargaron, por parte del Cabildo en devolver a su medio, a la mar océana –directamente a las olas, y no en la arena (para evitarle el sufrimiento de ir caminando)- a la dichosa y feliz tortuga, a la que cuidaron medio año en piscina reservada, si bien con una aleta menos que en operación quirúrgica le tuvieron que extirpar.
COMPARACIÓN: como las citadas (Inés y Auri), más el Cabildo, encuentren una cabra en su medio: ¡Le meten tiros de muerte, y en el 98 % de los casos –así me lo confirman los tiradores matadores de cabras del Cabildo- quedan heridas, sufriendo con lastimados balidos, hasta que mueren en días sucesivos! Pues, ¡ya tuvieran las cabras para el ente y las citadas, la suerte de las tortugas (creo, éstas dan más leche y el queso que de ellas se hace es riquísimo, no como el de las cabras, en cuyo caso si de cabras, lo importamos, y nos ahorramos el trabajo de hacerlos).
Pues mi amigos, es lo que hay, o lo que tenemos: Políticos salvadores de tortugas y hundidores del pueblo. El Padre Báez, Pbro.

Odiosa comparación: tortuga-cabra: El cabildo, a una tortuga encontrada muy débil, con una aleta colgando y el caparazón herido, que no quería comer, que estaba muy baja de peso, le pusieron sueroterapia, antibióticos, ganó 400 gramos en una piscina (ya pesa 2,5 kilos, pues estaba anémica), y en ello la Consejera de Miedo Ambiente, una tal Inés Jiménez ocupada en el anfibio –creo escribo bien, lo de “anfibio”-, que con la Concejala de que los animales estén bien en/de Telde, otra tal Auri Saavedra, se encargaron, por parte del Cabildo en devolver a su medio, a la mar océana –directamente a las olas, y no en la arena (para evitarle el sufrimiento de ir caminando)- a la dichosa y feliz tortuga, a la que cuidaron medio año en piscina reservada, si bien con una aleta menos que en operación quirúrgica le tuvieron que extirpar.
COMPARACIÓN: como las citadas (Inés y Auri), más el Cabildo, encuentren una cabra en su medio: ¡Le meten tiros de muerte, y en el 98 % de los casos –así me lo confirman los tiradores matadores de cabras del Cabildo- quedan heridas, sufriendo con lastimados balidos, hasta que mueren en días sucesivos! Pues, ¡ya tuvieran las cabras para el ente y las citadas, la suerte de las tortugas (creo, éstas dan más leche y el queso que de ellas se hace es riquísimo, no como el de las cabras, en cuyo caso si de cabras, lo importamos, y nos ahorramos el trabajo de hacerlos).
Pues mi amigos, es lo que hay, o lo que tenemos: Políticos salvadores de tortugas y hundidores del pueblo. El Padre Báez, Pbro.
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